Cuando la campaña de recolección de la aceituna ha finalizado y los fríos secos se abren a un inicio de primavera con agua que llena embalses y permite ver, con un cierto optimismo, la próxima cosecha, comienzo a visualizar, de una forma más cualitativa que cuantitativa, la repercusión socioeconómica que ha tenido el final de año sobre el empleo y las previsiones para este año.
El fin de año nos dejó unos muy optimistas datos, Jaén fue la segunda provincia de Andalucía y la tercera de España, donde más bajó el paro en diciembre. Donde el sector servicios lideró las contrataciones (1.355), seguido por la agricultura (240). Pero la alegría dura poco en casa del pobre, los unos son contratos de campaña de Navidad, y los otros de campaña de aceituna.
Finalizamos el año 2024 con 35.793 personas sin trabajo, de las que 24.407 son mujeres, dato que nos mantiene como una de las provincia con mayor desigualdad, donde, dos tercios de las personas en situación de desempleo son mujeres. Y tristemente el problema de la incorporación al mercado laboral de la mujer en la provincia, se mantiene y se consolida en las series históricas, es un problema estructural que va mucho mas allá de reflexiones teóricas, y es que algo no se está haciendo, o es que no se esta haciendo lo suficiente para atajar estas cifras.
Que el sector agrícola se ha masculinizado, no es una novedad, la presencia de mujeres en los tajos de la aceituna es cada vez mas escasa, y los datos nos hacen ver, que es así, en todos los sectores productivos de la economía provincial.
Paradojas de los análisis socioeconómicos, si cruzamos las variables desempleo con género y formación, nos encontramos que las mujeres jiennenses están cada día mejor formadas. En nuestra universidad, se gradúan más mujeres que hombres y cada día las vemos ocupando puestos en empresas de toda España, pero aquí, en su tierra, no encuentran trabajo, sus alternativas profesionales son cada vez mas escasas y están abocadas a migrar.
Es tarea de toda la sociedad, poner freno a esta lacra, porque si queremos crecer, frenar el despoblamiento y ser más iguales, es necesario incrementar las políticas activas de empleo en clave de mujer.