El Expositor

Manuel Expósito

Agua de mayo

Crónica de las elecciones municipales por Manuel Expósito

 Agua de mayo

Tormenta de mayo.

Si no llueve cuando corresponde, ni siquiera a las mil de abril, odiosos refranes, resulta lógico que las precipitaciones que se sucedieron durante la última semana completa del quinto mes del año fueran, en su más amplio significado, agua de mayo. Agua de mayo, generosa e intermitente, pan para todo el año. La ola azul del PP, que fue tsunami en tantos otros lares, el plebiscito sanchista, la primera vuelta de las legislativas que vienen, descompuso la hegemonía del PSOE de Jaén en diversos feudos históricos, pero mantuvo su héjira, su poder, ininterrumpido desde 1979, en la Diputación. Menos mal que nos queda Portugal, cantaban los gallegos de Siniestro Total. No es mala atalaya, sin embargo, en serio, con 4 años plenamente garantizados al frente del ayuntamiento de ayuntamientos, desde la que otear la que se avecina. Elecciones generales, el 23 de julio, en menos de 2 meses, en un inesperado giro de guion de Pedro Sánchez, maestro de los golpes de efecto que sirven para reorientar la atención del respetable, poniendo en el foco, aviesamente -¡Maldito tahúr!-, a decir de sus críticos, de nuevo, en los pactos recién horneados por PP y Vox en consistorios y comunidades autónomas. El ave fénix de larga vida que se regenera a partir de las cenizas de su predecesor, es decir, un Pedro Sánchez 2.0 que se reinventa y resurge sobre los escombros de su propio liderazgo, como ya ocurriera en 2016. Después del horribilis sunday, el líder de los socialistas ha movido audazmente ficha, adelantando al verano vacacional -más voto postal, pájaro en mano, a franquear en destino- las elecciones previstas en vísperas de belenes y noeles. "Mejor, cuanto antes", reiteraba hace un rato el aspirante popular Alberto Núñez Feijóo. Mejor en julio que en diciembre, el periodo semestral de presidencia española de la Unión Europea, mejor hoy que mañana, mejor creer que la mancha de mora con otra verde se quita que dejar de creer para siempre.

No cupo mala digestión electoral, ni el reparto masivo de antiácidos en los municipios donde el PSOE dejó de ser la fuerza más votada. Los correligionarios de Paco Reyes superaron el domingo en dos puntos y medio porcentuales al PP, el mejor resultado provincial del partido del puño y la rosa en Andalucía. En 49 de los 97 municipios jiennenses, el PSOE fue la fuerza más votada este 28-M, con 43 mayorías absolutas, sosteniendo el gobierno de la Diputación, 15-12, presidencia incluida del timonel bedmarense; conservando algún que otro ayuntamiento grande, caso de Úbeda y Martos; ensanchando en el ámbito de la izquierda su distancia en relación a la confluencia de IU-Podemos, multiplicándola por 10, de 51 a 510 concejales; e incluso permitiéndose cierto desdén burlón de Reyes respecto a su infatigable antagonista, Erik Domínguez. ¿Qué pasará con Erik? ¿Tomará posesión como concejal de Jaén y jefe de filas del único grupo de la oposición en Diputación? Domínguez, confirmados los resultados, la noche de autos, en un directo sin desperdicio, reconocía que será el presidente Moreno Bonilla quien decida su suerte en el seno de la dirección regional: su ratificación como parlamentario andaluz, a la sazón portavoz en la Comisión de Agricultura, o su dedicación exclusiva al municipalismo jaenero, el chusco suyo de cada día, un cuatrienio, gastando suelas, ida y vuelta, de San Francisco a Santa María, pasando por San Clemente. Demasiado santo católico, desde luego, para un devoto confeso del judaísmo. Es el dilema de Erik Domínguez, ¿Sevilla o Jaén? ¿Truco o trato? Si le dejan aquí, por cierto, una andujareña, Lola Martín, relegada al cierre testimonial de la lista municipal de su pueblo, podría convertirse ipso facto en diputada autonómica. Sería otra victoria moral del inefable Jesús Estrella, que recupera con su leal Paco Carmona la alcaldía de Andújar y, aunque lo niegue, se sitúa en lugar inmejorable para liderar el PP provincial el día menos pensado.



Pero, ¿en qué medida cabe responsabilizar a Domínguez Guerola del intento fallido de vuelta a la tortilla en las dos instituciones municipalistas radicadas en la ciudad de Jaén, o del éxito incontestable en La Carolina, Quesada o Linares? ¿Merece un estajanovista como él, con apenas 40 años, renunciar a una meta vital en la que puso tanto empeño personal? Todo está abierto, puesto que no es lo mismo mandar en el Ayuntamiento que picar piedra, y el papel en escena de Erik variaría considerablemente, al igual que el de José Agustín González Romo, a expensas de Jaén Merece Más. 3 concejales que son la llave de la gobernabilidad, del ser o no ser del alcaldable popular y del que le sigue. Manuel Carlos Vallejo, cabeza de cartel de JM+, lo tiene meridianamente claro: ni dejar gobernar a la lista más votada -en este caso, la del PSOE de Julio Millán-, ni todo lo contrario: programa sobre la mesa -priorizando "no volver a tropezar en la primera piedra", es decir, en esa sucesión de primeras piedras, promesas baldías, falsas, que luego quedan en nada, la Jaén sempiternamente engañada, ninguneada, así como combatir con decisión la deuda municipal-, negociación en todos los sentidos -en ambas orillas- y decisión final -en una u otra dirección- por parte del conjunto de la organización. ¿Tocar pelo ahora, perdiendo la virginidad en el catre de una suculenta tenencia de alcaldía, mando en plaza, o mantenerse políticamente impolutos, incólumes, de cara al desafío mayor, tan largamente acariciado, el reto que lo resume todo, de lograr representación en el Congreso de los Diputados? Apasionante tesitura. Debate existencial. Julio y Agustín, con el alma en vilo, mientras la asamblea ciudadana de Jaén Merece Más se decanta. En Baeza, asimismo, los dos representantes del partido de la plataforma reivindicativa, 8-7-2, tendrán la última palabra. Cuidarse, adalides de la tercera vía. No es cuestión de quemar al más valiente, del agua de mayo al julio caliente.