Inútil, última y vana, actitud de protesta que adopta el que siente conculcados/defraudados/mancillados sus derechos. Wagner se la monta a Putin, a sabiendas de que lo tiene todo perdido, que sus fuerzas no llegarán a Moscú, que el cielo truncará su errático éxodo hacia ninguna parte. Pero lo que cuenta es el gesto, su efecto propagandístico, reputacional, multiplicador, que señala descarnadamente al mundo entero la vulnerabilidad de su antiguo aliado. El PSOE de Baeza anuncia que el expediente abierto al disidente Bartoli Cruz culminará con su expulsión del partido, por más que el díscolo ya se hubiera largado del grupo municipal y de la organización en que militó veintitantos años, seis meses antes, al emprender su huida al país de nunca jamás. Paco Reyes ve una estafa en la entente de gobierno del Ayuntamiento de Jaén y tilda a JM+ de marca blanca del PP. El contenido del acuerdo sobre el que se cimentó el pacto de gobernabilidad de Jaén capital dio para mucho durante la semana que fenece. Decenas de comparecencias, comunicados, tuits, retuits, retruécanos. "Voy a meterme fuego sin llamas, ahora que no me llamas ni para pedirme fuego". Más o menos. Es como si al PSOE le extrañara ahora una barbaridad lo que se veía venir desde el principio. El PSOE no tenía nada que hacer con Jaén Merece Más, del mismo modo que el PP lo tenía casi todo hecho de antemano. La puesta en escena posterior -las supuestas negociaciones, que nunca fueron tales-, aun irremediable, solo conducía al paripé de una firma ante notario que no supera la categoría de declaración de intenciones. Lo mismo da que se modifiquen o supriman unos cuantos puntos del centenar de objetivos enumerados en el sufrido papel del notario Messía, porque en la práctica el plan de convergencia del que habla la Junta de Juanma Moreno solo la compromete moralmente. El empecinamiento en reclamar, airadamente, con cajas destempladas, que enseñaran de una vez los papeles, los verdaderos, timbrados y visados, suscritos y rubricados, cual si fueran a mostrar sus vergüenzas en público, otorgaba al documento una trascendencia de la que carece. En un san viernes propio de otros tiempos, so pretexto del tercer partido del play off final de la Liga de Fútbol Sala entre el Jaén-Paraíso Interior y el Barça, Moreno Bonilla giró visita institucional al reconquistado Ayuntamiento capitalino. La foto en la escalinata constituye el fiel reflejo del nuevo tiempo: amor y compaña, orden y concierto. El encuentro informal en el 'Olivo Arena', de Juanma con Juanma, de presidente a presidente, de Moreno con Camacho, de la horma al zapato, cumplimenta tarde y mal el deseo insatisfecho de JM+ de que el mandamás andaluz se hubiera asomado a Jaén en las horas previas a la investidura de Agustín González Romo. 101 estipulaciones. El ciento y la madre. ¿Que el alcalde no se las sabe? ¿Y quién las conoce, salvo el notario y el núcleo duro de JM+? Del PP, ni Repullo, seamos honestos, nadie. Una firma en barbecho. "No es un cheque en blanco", recordaba, solemne, esbozando su característica media sonrisa, el primer teniente de alcalde, líder del socio minoritario, Manuel Carlos Vallejo, 'El tercer hombre', en el fugaz apretón de manos. Como en la novela de Graham Greene, el 'Acuerdo de Jaén' no es una historia concebida para ser leída, sino para ser vista. Una película, conceptualmente, entiéndaseme el símil. Al relato cinematográfico, desde luego, no le faltan protagonistas sin relumbrón, actores de reparto venidos a menos y figurantes mal caracterizados. Cuanto antes olviden lo que el viento se llevó del filme anterior, mejor se adaptarán a lo que de ellos y ellas se espera en el devenir de estos cuatro años. "A Dios pongo por testigo que no volveré a pasar hambre".
Con la vista puesta en el nuevo san viernes que viene, fin de mes, inicio de vacaciones estivales para la parte contratante de la primera parte, principio del mandato municipal 2023-2027 en la Diputación de Jaén, ¡arriba el telón!, el jaenerismo politizado asiste con cierto desdén a la convocatoria de las elecciones generales del 23-J. Paco Reyes, junto a Juan Espadas, resaltaba, el jueves, en la novena del Condestable, que la participación de la provincia de Jaén en la convocatoria del 28-M rozó el 70 por ciento. Para sí la querríamos -replica y vámonos- el penúltimo domingo de julio. El fantasma de la desmovilización atenaza hoy a todos, aunque no les afectará por igual. El voto por correo decidirá, inclusive en una circunscripción donde buena parte de la población no sale de su pueblo ni a cobrar una herencia. Dos políticos inmejorablemente posicionados en la elite de sus respectivas estructuras orgánicas, Juan Francisco Serrano y María Luisa del Moral, encabezarán las candidaturas del PSOE y del PP por Jaén. Juanfran, a punto de estrenar paternidad (pareja de la europarlamentaria navarra Adriana Maldonado, esperan ansiosos a su primogénita, Carmen), adjunto del gurú de Ferraz, Santos Cerdán, sabe que salvar los muebles pasa por conservar al menos 2 de los 3 escaños actuales al Congreso. Él y Ana Cobo, 1 y 2. Pasar de 1 a 2 sería la meta más plausible para María Luisa, alto cargo hoy en la Consejería de Salud, mujer del ciclónico e incombustible pope pepero-jaenero Miguel Segovia, madre de María, concejal de nuevo cuño en el gobierno de coalición de Jaén. Lograr el segundo le permitiría a Del Moral, cabeza de lista en las legislativas de abril de 2019, efímera diputada entonces, reescribir a base de buenrrollismo y camaradería (cuando hay harina, todo es desprendimiento y bonhomía) la afrenta que le supuso, en la repetición electoral de noviembre de 2019, figurar detrás de Juan Diego Requena, quedándose así compuesta y sin plaza en la Cámara Baja. Francisco José Alcaraz, haciendo buenos los pronósticos, en línea con el ultramontanismo que copa el poder en Vox, repite. El silente sector crítico provinciano todavía aguarda paciente, bisbisea maledicente, una sola propuesta de Alcaraz específicamente jiennense. JM+ confía el número 1 al Congreso a un todoterreno, el coordinador provincial, Manuel Barrionuevo, erre que erre, erre de Torres, el último presidente de la extinta Cámara de Jaén, que si consigue la proeza -estructura territorial inexistente en ciudades principales como Linares, Andújar, Úbeda, Martos o Alcalá- se haría acompañar en Madrid, como asistente parlamentario, por el auténtico cerebro gris del partido, José María Mesbailer. Sumar confía su foto de cartel en la provincia de Jaén a la joven activista de género gitana, luchadora infatigable, ex concejala de IU Linares, Sheila Carmona. 5 plazas parlamentarias al Congreso por Jaén y 5 grupos políticos con opciones de rascar bola. La suerte no está definitivamente echada. Las querencias, las tendencias, las ausencias, las sobreexposiciones, el hartazgo que dimana de la politiquería, el miedo a la tijera de la derecha rancia, la carga fake de desprestigio del sanchismo, la solvencia (o insolvencia) del discurso feijooniano, el pecado original de los yoísmos yolandista y abascalista, tu tía y la mía, emparentadas y enfrentadas, y esa calma chicha preelectoral de asfixia unamuniana, de paisaje rural prototípico, sumido en el sopor de la siesta, del tórrido calor y de los centinelas de la modorra. Nada está perdido. Nada está ganado. Aún cabe este 23-J, votando a bríos, el derecho por despecho al pataleo.