Mentorías 'made in Jaén'

Otra vez, hoy es ayer, Jaén lo resume todo. La batalla electoral por Jaén capital, entre PP y PSOE, principió con sentido de antelación. Faltan menos de ocho meses y el que no corre, vuela. La última feria de San Lucas antes de la próxima corporación municipal será el escenario de mil y una conjeturas/diabluras/travesuras, en torno a lo que podría ser el futuro inmediato de la gobernabilidad en una Casa consistorial, nunca se olvide, inspirada desde su concepción en el palacio de la Diputación. Es decir, la correa transmisora entre una y otra institución es vieja, viene de largo, y trasciende a cualquier chanza/semejanza puntual o casual que se atreva a trazar cualquier advenedizo. Dos edificios. Dos plazas. Dos gobiernos, condenados a entenderse y complementarse o, en su defecto, a superponerse e interferirse. Décadas dándose la espalda, salvo en los cortos periodos de mimetismo en que el PSOE, hegemónico desde las primeras elecciones locales en San Francisco, se hiciera asimismo con el bastón de mando en Santa María. La mentoría entre Paco Reyes y Julio Millán se ha expresado estos tres años largos en infinidad de estrategias de colaboración fluida, micropolítica a raudales, que hubieran alcanzado su cénit con el Colce, palabras mayores, si no lo tuerce una suerte de poderes arbitrarios e intereses macroeconómicos confluyentes. Pero en todo lo que tiene que ver Diputación, de mediados de 2019 a esta parte, de Ifeja a la Uned, de las Noches de Palacio al Olivo Arena, del Turismo-primer destino provincial a los Servicios Sociales antipandemia, verbigracia, el Ayuntamiento y la administración provincial ya no se dan la espalda. "La provincia de Jaén necesita una capital fuerte, una capital tractora y mientras mejor le vaya a la capital, mejor le va a ir al resto de municipios de la provincia”, afirmaba Reyes en su primera visita a Millán, nada más consumarse la toma de posesión del alcalde.

No fue posible el Colce y el tranvía sigue en cocheras, pero nadie dijo que la consolidación de un proyecto municipalista del PSOE en Jaén capital fuera tarea fácil. Es más, a estas alturas del telediario, incluso con el fulgor áureo que desprende la culminación de la segunda fase del Jaén Plaza en los albores (Alvores) de la Navidad venidera, y hasta la guinda de una atractiva iniciativa turístico-medioambiental que podría concretarse en el entorno del paraje/área recreativa del Neveral, casi todos los iniciados en mercadillos demoscópicos, agoreros del tres al cuarto, dan prematuramente por amortizada la reelección del regidor actual. Los vientos en contra de la política estatal, devaluación de marca incluida, desde luego, presagian un cambio de ciclo, también en el consistorio jaenero, aunque la esperanza sea lo último que se pierde, y Julio no pierde el tiempo precisamente en lamentaciones. Dice su gente que confía en agrupar a toda la izquierda a la izquierda del PP, haciendo suya aquella espléndida máxima atribuida a Leonard Cohen: “A veces, uno sabe de qué lado estar simplemente viendo quiénes están del otro lado”.

Los ‘San Viernes’ fueron un invento ocurrente del gabinete del otrora omnipresente/omnipotente Gaspar Zarrías cuando arribaba cada fin de semana a su circunscripción electoral, siempre con la agenda cargada de citas preprogramadas y promesas estandarizadas, dádivas y parabienes, a discreción, no importaba el pueblo ni la celebración. El modelo, hoy por hoy, es el ómnibus recurrente de los del otro lado, el modus operandi que utiliza Érik Domínguez, el presi de los populares jiennenses, para hacer parada, sin fonda, visto y no visto, en todos y cada uno de los municipios jiennenses, empezando el viernes y terminando el sábado cuando se tercie, acompañado inevitablemente de consejeros y otros mandamases del PP-A. El viernes traía a la titular de Empleo de la Junta, Rocío Blanco, tecnócrata de Cs, sin carné hasta anteayer, al estreno de la nueva sede local de Úbeda. Una recién llegada al partido, inaugurando, es un aviso a navegantes en toda regla sobre la insustancialidad del plus de antigüedad: asidos a un valor de mercado que cotiza claramente al alza, que sube como la espuma, la veteranía ni es un grado ni es nada. De Jaén a Úbeda, de Úbeda a Huelma, era la comitiva en ‘San Viernes’ de Rocío y Érik el mejor marco para la integración armoniosa, sin que se note demasiado, de otro tecnócrata, afiliado de nuevo cuño, ex colaborador de Blanco, ahora en el equipo de Lina García: José Agustín González Romo, llamado a ser el rival encarnizado de Julio Millán en pos de la reconquista del Ayuntamiento capitalino. De mentoría en mentoría, Romo y su protector, Juan Bravo, ya cuentan con concejal de plena confianza, heraldo de lo que vendrá, en el pleno corporativo de la ciudad, Chema Álvarez Barrientos, que acaba de sustituir a Javier Carazo, flamante delegado de Justicia. Así se avanza en la reconfiguración de un grupo municipal donde cualquier parecido con la etapa de liderazgo de Cuqui Márquez será mera coincidencia…

La semana previa al Pilar y la Feria de San Lucas desembocará en el Star Wars de ‘Tierra Adentro’. El delegado novel de Turismo de la Junta, José Ayala, cocinero antes que fraile, deja la presidencia de la patronal TurJaén (suena como relevo Carlos José Guirao, de Condestable Iranzo) para pasarse al lado oscuro de la Fuerza. Aquí, sí hay playa. Y presupuesto. ‘Tierra Adentro’, tambaleante, o no, pese a quien pese, se sostiene. ¿Recobrará la Workshop el brillo profesional que le arrebató, el último año, el ensoberbecido ego de Juan Marín? Veremos.