El Expositor

Manuel Expósito

Voces y sombras

 PSOE

Foto: EXTRA JAÉN

Francisco Reyes

Costaba un mundo imaginar un cierre del XV Congreso del PSOE de Jaén que no se tradujera, de puertas afuera, en un canto estentóreo a la unidad. Todo el ruido generado por la aparición en septiembre de una opción renovadora que reclamaba al líder, Paco Reyes, un paso al lado, se transformó, a la hora de la verdad, en unanimidades en las dos votaciones que condensaron sintéticamente el desarrollo del cónclave orgánico: 99,5 por ciento de corresponsabilización con el balance de gestión y 94,7 en el respaldo a la nueva ejecutiva. Sin la euforia de congresos precedentes, con demasiadas sonrisas a media asta, lo incontestable es que Reyes principia su último mandato al frente del partido sabiéndose querido y respetado por sus conmilitones, aunque en cierta medida dolido porque un sector cualificado de sus colaboradores, hijos de sus entrañas, las del aparato al que él lleva dando cuerda desde hace un cuarto de siglo, entendiera que no debería de pilotar en solitario la sucesión. Si Gaspar Zarrías le eligió sin tener que consensuarlo con nadie, ¿por qué ahora, siendo quién es, estando dónde está, sosteniendo tan satisfactoriamente la hegemonía electoral del PSOE en Jaén, va a tener que acordar previamente con Felipe Sicilia y Ángeles Férriz cómo se hace la transición hacia el nuevo liderazgo? Ahí reside el conflicto real, familiar, intramuros. Pero, siendo Férriz y Sicilia referentes incuestionables de poder en las alturas, ¿cómo no van a participar en la arquitectura del cambio de ciclo? “Pues no, mire usted, aquí mando yo, y ellos asistirán, como el resto, a la inauguración oficial del nuevo tiempo cuando corresponda, y serán partícipes del mismo en el momento preciso, ni un minuto antes”. “Esto es lo que le tienes que decir a esa caterva de desagradecidos”.


Paco Reyes, como todos los popes que se precien, dispone de una claque que más veces de las aconsejables se anticipa a sus deseos, marcando la hoja de ruta del que pretende ser, y parecer, más papista que el papa. Tras el último acto de entrega de banderas andaluzas presidido por el PSOE, febrero de 2018, parte del núcleo duro del político bedmarense, en petit comité, abogaba indisimuladamente por avanzar en la formación y consolidación de su joven pupilo, y paisano, Juan Francisco Serrano, como su relevo natural. “¿Quién mejor que Juanfran?”. “Antes hace falta que adquiera mayor experiencia y proyección: una dirección general en la Junta, un escaño en Madrid…”. El Gobierno de la Junta se perdió a finales de ese año, pero un puesto discreto de salida al Congreso, el número 3, fue la citada lanzadera… El cumplimiento de los supuestos en el corto plazo hizo que solícitos cómplices de antaño en la estrategia, hoy se permitan disentir abiertamente; no porque Juanfran no pueda ser un buen aspirante, de los mejores entre los posibles, sino por la metodología empleada. Cuando Felipe Sicilia, como enviado taimado de Ferraz, en el último trimestre de 2020, se postula como rival de Susana Díaz en el transcurso de una gira programada, sin contar con el plácet preceptivo de Reyes, el espíritu irreductible del ‘Estilo Jaén’, que sólo puede estar encarnado legítimamente por Paco, monta en cólera. Entonces, Ángeles Férriz, caída en desgracia entre los ‘pata negra’ del susanismo, hace causa común con la dirección de Hurtado, secundando a Paco y formando tándem con Juanfran. Luego, sin embargo, la operación del sanchismo con respecto a Andalucía, la alternativa de Juan Espadas, la encumbraría en Sevilla y su reencuentro con Sicilia se hizo inevitable. El marmolejeño Manuel Lozano, en los prolegómenos de Expoliva, alentado por otros 15 alcaldes-secretarios locales, reveló al líder Reyes, su intención de optar a la secretaría provincial. Paco, empero, reclamó al menos año y medio más de adhesión incondicional para afrontar con garantías el enfático año electoral que se avecina, de junio a junio. Nada de primarias. Renovada la mayoría en Diputación llegada sería la hora de acometer con determinación su sucesión. Desde el consenso o el disenso. La mediación de Víctor Torres y Julio Millán, entre otros, dejó visto para sentencia el desenlace sin confrontación escenificado el pasado sábado. Lozano de ‘2’ y voto de confianza a Reyes para confeccionar una ejecutiva en la que ambas sensibilidades tengan cabida.


La continuidad en el reducido grupo de imprescindibles de Hurtado de Jacinto Viedma y Paqui Medina, la incorporación de Isabel Uceda –recuperada para el reyismo tras comenzar el baile del lado de los renovadores, al igual que el poceño Iván Cruz- sustituyendo a José Latorre en la secretaría de Política Municipal, la alcaldesa de Úbeda –leal a Paco a carta cabal- en Relaciones Institucionales, la integración con áreas –no tan relevantes- de adalides del cambio como Lola Marín, Yolanda Reche o Laura NietoSicilia y Férriz estuvieron en primera fila sin formar parte del elenco de intervinientes. Tampoco habló Paco en el mitin de Pedro Sánchez a principios de septiembre en Jaén. Donde las dan, las toman. La paz fue posible en pos del pan común. El mañana, en todo caso, lo determinarán las urnas. Líderes emergentes sin padrino dejan de hacer sombra. O sea.