Si nos atenemos al sector Español de aceite de oliva, es muy probable que se lleguen a los 1,35 – 1,38 millones de toneladas de aceite de oliva, donde la mayor parte de la producción, es virgen o virgen extra, y se han materializado unos rendimientos superiores del orden de 1,5 – 2 puntos porcentuales, con una caída de la producción de fruto con respecto al año pasado del 17 por ciento, y una oferta de aceite vía producción muy similar a la campaña anterior, aunque algo inferior.
Si hablamos de consumo, en nuestro país la demanda interna, siendo en mayor medida de aceites de oliva, es decir refinados, que rondan el 57 por ciento del total, incluyendo el aceite de orujo de oliva, y vírgenes 43 por ciento, ha caído más el 10 por ciento por el efecto precio, consumiéndose en la actualidad más aceites de semillas que aceites de oliva, que han caído de 555 mil toneladas a 500 mil, debido a las cotizaciones en el lineal de estos últimos, un efecto pernicioso en la demanda que se dejará ver en el futuro, y afectará negativamente a la renta de nuestros olivicultores en el próximo ciclo de precios bajos, del que ahora hablaremos.
Refiriéndonos al ámbito internacional, la producción sería de 2,8 millones de toneladas, con un enlace que alcanzó las 570 mil toneladas, lo que genera una oferta que alcanza los 3,37 millones de toneladas de aceites de oliva para la actual campaña, en cuanto a la demanda, esta sería de 3,27, es decir, nos encontramos ante una situación de desequilibrio entre oferta y demanda, siendo la oferta superior a la demanda, aunque no la producción, es decir, la producción es inferior al consumo de aceites de oliva previstos esta campaña.
Por lo tanto, nos encontramos en una situación de ciclo de precios altos en origen, con una oferta que supera a la demanda, y con una caída del consumo sostenido debido a las altas cotizaciones en el lineal, y que darán pie a una difícil situación una vez se produzca el cambio de ciclo en la tendencias de precios.
No obstante, este escenario debía de ser por magnitudes económicas de precios inferiores en origen, los cuales solo se están sosteniendo por la incertidumbre que genera la falta de precipitaciones, que en ningún caso, y hasta ahora, presagian una campaña abultada en producción el próximo año, circunstancia esta que es la única en mantener las cotizaciones como actualmente se mantienen.
Hemos de recordar que se han alternado durante los últimos años, desde 1999, 6 ciclos 3 de escasos precios de 4, 7, y 2 años respectivamente y otros tres de elevadas cotizaciones de 5, 4 y 2 años respectivamente, siendo el actual de precios altos en origen, que dadas las circunstancias, cambiarían, en el mismo momento que las precipitaciones generalizadas, así lo permitieran.
Juan Vilar
Entre olivos, aceitunas y aceiteElevadas cotizaciones vía climatología
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