Durante décadas me estuve formando, primero a través de la experiencia en los propios olivares de la familia, en Chilluévar fundamentalmente, y realizando todas las tareas, sobre todo aquellas que gozaban de poca sofisticación, las que menor rango de profesionalización exigían, paralelamente me iba formando, primero obteniendo el título de Diplomado en Empresariales, desembocando en el mercado laboral, pero compaginándolo con mi Licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales, y tras ello, del mismo modo conseguí doctorarme, e incluso conseguir una plaza como profesor permanente en la Universidad de Jaén.
Paralelamente en el ámbito profesional, dentro del Grupo GEA Westfalia Separator (donde llegué a ser presidente ejecutivo para España y Portugal, antes de abandonar la compañía por iniciativa propia), fomentaba la promoción de la demanda de plantas de elaboración de aceite de oliva, ello me dio la oportunidad de poder viajar, analizar, estudiar, observar e investigar en más de 46 países de los 66 que actualmente producen aceite de oliva, habiendo escrito 32 manuales sobre economía oleícola, (algunos traducidos a 6 idiomas), otros tantos capítulos, y poder haber dado más de 1.000 conferencias en las mencionadas naciones.
Recientemente en una red social, tras una publicación de datos referentes a uno de los resultados de un trabajo de mi Equipo de Investigación en determinado país, un miembro de la comunidad, profano en la materia, me interpelaba, pues los datos se alejaban de la realidad, según su criterio, la justificación, que él visitó dicho país, y no le parecían reales, en apariencia.
Y es que se confunden los términos, ser paciente no te hace experto en medicina, ser comensal no te hace saber más que el chef, ser espectador no te otorga experiencia en ningún deporte, ser agricultor no te concede un conocimiento internacional del mercado de los productos que produce, entrar en un quirófano no te hace ser cirujano, visitar un país no te otorga un conocimiento elevado en economía oleícola, comprar un vehículo no te genera conocimientos ilimitados en el campo de la automoción, beber vino no te convierte en sommelier, ser pasajero aéreo no te convierte en piloto, departir en un bar no te hace buen político, tras cada profesión, cualquiera, hay sacrificio, esfuerzo y muchas horas de dedicación.
La experiencia, el conocimiento, la información, la formación, se obtienen mediante esfuerzo, práctica, perseverancia, y dedicación. Se prudente, infórmate, fórmate, experimenta, investiga, pregunta, y tras todo ello, por supuesto, opina, nunca desde la arrogancia que otorga el desconocimiento, la ignorancia, y la escasa educación, escucha, ocúpate, fórmate, y tras ello opina e interpela, siempre aportando tu opinión debidamente argumentada, el conocimiento, la destreza y la experiencia no son dotes que se reciben por otorgamiento divino.
Juan Vilar
Entre olivos, aceitunas y aceite¿Estamos ante la banalización del conocimiento?
Durante décadas me estuve formando, primero a través de la experiencia en los propios olivares de la familia, en Chilluévar fundamentalmente...