Todos los años, en los primeros días del mes de diciembre, comienzo con una tarea que no por repetitiva me genera un desasosiego, e incluso ilusión, y que normalmente termina con con una triste reflexión. Es la publicación oficial de los resultados del censo de población por el INE, Instituto Nacional de Estadística, al 1 de enero de 2025, y su análisis en aquellos territorios que son objeto de mis trabajos de investigación, sobre todo mi Parque Natural y mi querida provincia de Jaén.
No voy a esperar al final para las conclusiones, los resultados no son buenos, las provincias de Jaén y Córdoba reducen su población, dentro del contexto positivo en España y Andalucía, con una pérdida de población de forma sistemática en la serie 2021 al 2025.
Y es que en cinco años, la provincia de Jaén ha perdido 9.425 habitantes, quedando en 618.143. En este mismo periodo Andalucía ha ganado 191.909, con una población de 8.676.713.
Estos miles de datos no son una foto fija de la situación poblacional, nos permiten analizar la realidad de sus series históricas, su evolución y estructura por sexo, nacionalidades o tramos de edad, entre otras muchas, pero nos permite ver las tendencias que las pirámides poblacionales van a tener en el futuro. Y este análisis es el más preocupante.
La pérdida de población, el envejecimiento y el escaso asentamiento de extranjeros, son los retos a batir. Y junto a esto, la salida sistemática del capital más joven y mejor formado. De poco nos sirve tener a la Universidad de Jaén entre las 15 mejores de España o la segunda de Andalucía, cuando sus egresados no tiene salidas profesionales en la provincia y se ven obligados a emigrar a las mejores empresas de la nación.
Sirvan de ejemplo algunos datos de nuestras Comarcas y Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, que mantienen la misma inercia de pérdida de población, pero donde surgen municipios de la Sierra de Segura donde comienza a frenar la caída, incluso donde aumenta, como en Beas de Segura, Puente de Génave y Segura de la Sierra; el sostenimiento en las Sierra de las Villas de la mano de Villacarrillo y Villanueva de Arzobispo; la situación mantenida de Úbeda y Baeza, y la preocupante situación en la que entra la Sierra de Cazorla, donde unicamente crece Peal de Becerro, y el municipio de Cazorla pierde la barrera de los 7.000 habitantes, quedando en 6.913, con una pérdida de 326 en los últimos 5 años.
No quiero que se entienda esta descripción como derrotista, quiero que sirva para movilizarnos, para saber hacia donde vamos a dedicar nuestro esfuerzo, cuál va a ser nuestro plan, cómo vamos a reformular las estrategias y trabajar aprendiendo de los errores y de las buenas prácticas de los territorios con resultados positivos.