Mediodía en la provincia de Jaén

Carlos Serrano

La levedad del figurante

La opinión de Carlos Serrano


El calendario es, en ocasiones, caprichoso. Y este año ha querido que en Jaén coincidan dos eventos en el tiempo. Dispares, pero relevantes en su ámbito, como son Expoliva y la Feria del Libro. Uno, en el corazón de la ciudad, y otro, en la periferia.

En ambos casos, si se han informado sobre ellos, habrán notado algo que no es nada nuevo. De hecho, es reiterativo y sus responsables son tanto los políticos como los medios de comunicación; o lo que es lo mismo, los figurantes y los difusores de esa figuración.



Cualquier evento se ha convertido en una excusa para el desembarco de representantes políticos, tengan o no que ver con el acontecimiento en cuestión. Y da igual que esos políticos pertenezcan al partido que gobierna una institución o a la oposición. Van a por la foto. Y no tienen pudor en dejar en un segundo plano a los verdaderos protagonistas del evento con tal de figurar.

Algunos de los figurantes pretenden, además, ser graciosos, tirando de la consabida chanza: “Para que me vea mi madre”. ¡Criatura, si tu madre te tiene muy visto! Casi tanto como nosotros, los sufridos ciudadanos.

Los políticos no van a renunciar a ‘salir en la foto’, así que son los medios de comunicación los que deben dar el paso, ser valientes y acabar con esta práctica que, salvo excepciones, nada aporta a lo noticiable. Es decir, apostar por la información y prescindir de la propaganda. Hacer periodismo en lugar de caja.

Esa foto tan deseada por los políticos se circunscribe a la irrelevancia más que al hecho informativo. Si se hiciera un análisis pormenorizado de ropajes, lenguaje corporal y gestual, los fotografiados saldrían, en líneas generales, muy mal parados. Prueben a hacerlo, observen varias fotos de eventos, en las que por cierto van a ver como repiten algunos de los figurantes, y no dejen de tomar nota de posturas y posición de las manos. Les aseguro que, al menos, esbozarán una sonrisa.

Comprobarán también la intrascendencia de la instantánea. La levedad del figurante.