Hace algo más de dos años, en este mismo espacio, comenté con profundo orgullo, que le había sido otorgado por la Delegación del Gobierno en Cataluña, el premio Menina a la Magistrada Lucía Avilés Palacios, una mujer de raíces jiennenses, cuyos padres, docentes de gran prestigio en nuestra tierra, se marcharon en un fatídico accidente hace más de treinta años en una de nuestras carreteras.
Ahora, esta magistrada, vocal del Consejo General del Poder Judicial, que abandera, desde un fuerte compromiso, el feminismo jurídico, con una labor encomiable a lo largo de su carrera judicial, presentando iniciativas de modificación del Código penal para incluir la violencia económica como violencia de género, que ha trabajado en la renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, socia fundadora de la Asociación de Mujeres Juezas de España, por fin va a ser reconocida en su tierra el próximo día 30, recibiendo el premio Jiennense del Año, en su apartado de sociedad que otorga el Diario Jaén.
Ella supo ver, desde su experiencia profesional, cómo la mujer sufre ese doble maltrato, además del físico o psicológico, se añadía el económico, sobre todo en casos tan frecuentes por desgracia, como el impago de pensiones de alimentos o compensatorias, conductas que aún en nuestros días cuesta hacer ver que son merecedoras de sanción penal, no sólo por el incumplimiento de la resolución judicial que así establece la obligación de abono de esas pensiones, sino por la
violencia que se ejerce sobre la mujer al no poder tener independencia económica, haciendo más difícil su recuperación.
Estoy orgullosa y feliz por este reconocimiento, porque es a una mujer luchadora, valiente, inteligente, trabajadora, perseverante, cariñosa, madraza y porque la quiero muchísimo.