Mediodía en la provincia de Jaén

Javier López

¿Recolectamos la aceituna?

La opinión de María Inés Casado


Estamos a punto de empezar una nueva campaña de aceituna. La perspectiva de la entrada de unos jornales en el bolsillo de los cientos de hombres y mujeres que esperan ansiosos el momento de la recolección hace que se mire al cielo con ilusión.

Se habla de más aceite que en años anteriores, pero entorno a un 5,5% menos que la campaña pasada. Varios factores son los responsables de que esto suceda, y sin lugar a dudas las altas temperaturas sufridas este verano junto al estrés hídrico han hecho su merma.



Jaén sigue liderando la producción de este preciado bien. Incluso se bareman en 3,8 millones de jornales los que pueden producir las labores de recogida y molturación. Esta actividad contribuye a dar vida a nuestros municipios.

Sin embargo, también se está poniendo ya la atención en la falta de mano de obra, los empresarios no encuentran personal que quiera recoger su cosecha, la buscan en otras tierras porque urge coger un fruto que dicen, cuando se adelanta su recolección es de mejor calidad y su precio garantiza más valor a la cosecha.

Es triste pensar que en una provincia donde se puede conseguir un buen dinero por una buena temporada de trabajo, nadie quiera apuntarse.

¿Por qué está pasando esto?

A mí personalmente me produce una rara sensación de incertidumbre. Las personas necesitamos trabajar para manejar nuestra vida con un cierto orden, para tener la independencia que nos otorga un salario limpio, diario.

¿Qué está pasando en el campo? ¿Porqué no hay mano de obra?

Qué pasa con los y las jornaleros/as deseosos cada año de empezar la campaña, de esa algarabía que adorna nuestros campos y llena las almazaras de un producto estupendo que incrementará nuestras arcas.

Creo que las administraciones deberían estudiar esto a fondo, buscar las causas y poner remedio a una situación que está vaciando los campos de jornaleros y dando una razón más para cambiar el paisaje de nuestros olivares centenarios, por setos todos iguales, donde todo lo hacen las máquinas y que no producen un aceite inigualable como el que hemos venido disfrutando hasta ahora.

Vamos jornaleros la aceituna, ese fruto maravilloso está esperando vuestras manos que saben cuidarla para que una campaña más las recojáis.