Centenares de sanitarios andaluces, en su mayoría jóvenes, han decidido hacer las maletas para poner rumbo a tierras catalanas en busca de una salida laboral que nuestro sistema sanitario les deniega. Desde luego la cuestión catalana no ha sido obstáculo alguno para estos jóvenes se busquen las habichuelas allá donde les ofrecen un empleo digno: 600 andaluces han sido contratados por hospitales barceloneses, algunos de ellos han firmado contratos de hasta dos años, una propuesta inimaginable al día de hoy en Andalucía. Nos quejamos de la continua pérdida de población, del éxodo de nuestros jóvenes, pero qué está haciendo el Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla para impedir esta desbandada. La crisis sanitaria del Covid-19 ha evidenciado, sin ninguna duda, el dramático y grave déficit de plantillas de enfermeras y enfermeros que tienen nuestros hospitales y centros de salud. También ha dejado otra cosa muy clara y es que cuando se le ha preguntado al mismísimo presidente de la Junta por nuestra sanidad su respuesta ha sido clara y concisa “en Andalucía no hay suficientes profesionales disponibles para trabajar”. ¿Qué no hay sanitarios? Miente y lo sabe él y lo sabemos todos. Hay miles de enfermeras y enfermeros dispuestos a trabajar en la sanidad andaluza. No hace ni un mes mandó a la calle a 8.000 profesionales contratados como refuerzo contra el virus. Muchos de ellos se formaron en nuestras universidades y con ese deseo finalizaron sus estudios de Grado, pero el problema es que no se les está ofreciendo una salida laboral. Son los mismos sanitarios que se enfrentaron al virus con los escasos recursos que les habían dejado tantos años de recortes presupuestarios. Los mismos que ahora buscan empleo en otras comunidades. No creo que el Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos esté empeñado en fastidiarles. Es, simplemente, que su modelo de sanidad es otro bien distinto. No creen en un sistema público de salud. Lo vimos en Valencia (hospital de Alzira) y lo estamos viendo en Madrid (Zendal), con modelos sanitarios basados en la gestión privada de la sanidad pública. Si el negocio no funciona y hay pérdidas, la administración acude en ayuda de la entidad gestora; o dicho de otra manera, privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas. Por tanto, es imposible que se apueste por algo en lo que no se cree. No olvidemos que esta falta de personal afecta a la atención y cuidados que se presta a pacientes y ciudadanos en cualquier hospital o centro de salud de nuestra comunidad. Es decir, que además de los sanitarios, se perjudica a los pacientes.
Antonia Merino
Con perspectiva sureñaÉxodo de sanitarios
Centenares de sanitarios andaluces, en su mayoría jóvenes, han decidido hacer las maletas para poner rumbo a tierras catalanas en busca de una salida...