Hay cosas que, por mucho que analicemos, no se pueden entender. Así, la reputada arqueobotánica española Amaia Arranz-Otaegui y su equipo de arqueólogos de la universidad de Copenhague no saben dar, todavía, una respuesta lógica a lo que hallaron hace 5 años en un yacimiento de Jordania. Se trata de unas simples migas de pan datadas, con precisión, en el 14.400 a.C. Por tanto, a casi cinco mil años del inicio de la agricultura. Una fecha inamovible dentro de nuestra historia debido a que ésta se produjo cuando acabó la última glaciación en el 10.000 a.C. Este descubrimiento es muy importante porque hace tambalear nada menos que el origen primigenio de la civilización y lo puede situar, incluso, en plena edad de hielo. Resulta que nadie puede comprender el esfuerzo, la inteligencia y el talento de aquellos recolectores que supieron cultivar cereales como la escanda, la cebada y la avena en unas condiciones climáticas imposibles y tampoco se explican por qué han tardado tanto en descubrirlo. Yo, sin tener estudios en estas materias pero con esos datos tan concretos, sí que tengo claro lo que pasó. Evidentemente eran unos agricultores de Jaén a los que nadie hizo ni puñetero caso y, al final, sólo ha quedado lo que les dieron: las migajas.
“Crumbs”, que en inglés significa “migajas”, es el impresionante primer single del magnífico tercer y último LP de las jiennenses Uniforms. Un álbum llamado “Trance” que ha sido lanzado el pasado viernes 3 de marzo y que confirma la progresión de esta banda situada en la vanguardia europea del rock alternativo y experimental. Me encanta que este trabajo comience con “Ashes to thrive” porque en la música, al contrario que en el arte pictórico, hay que poner la firma al principio. Esta canción, aun en sus matices góticos, representa la esencia del grupo: La creación de atmósferas, el carácter progresivo y las maravillosas transiciones. Pese a que intento no mirar las opiniones de otros críticos para no condicionarme, he leído por ahí que la mencionada “Crumbs” es del género kraut. Un rock electrónico que surgió en Alemania y que se identifica con grupos como “Kraftwerk” o “Can”. Vale, seguramente soy el loco que va en dirección contraria pero yo no consigo ver Kraut en “Crumbs”. Lo siento, no veo esos rasgos funkies que la hagan infantiloide. No obstante, sí detecto la poderosa electrónica del tema mezclado con tintes de “noise” y que junto a otras partes de canciones del disco en, por ejemplo, “Push” o “Guadiana”, pueden conformar el nombre de éste: “Trance”. Otro estilo electrónico más rabioso y sólido que el Kraut. Después, tras huracanes de sensaciones, mola escuchar una ráfaga de sentimiento con “Dusky” y la inmensidad de “Ligeia” donde ese “Dream Pop” tan característico de nuestras Uniforms entra en escena. La pesadez y la oscuridad del “Doom Metal” sí es evidente en “Nomofobia”. Sin duda, una de las sorpresas musicales de este inspirado y cuidado álbum cuyas talentosas protagonistas son Pan Castellano a la batería, Natalia Spingel a la guitarra y a la voz, Annie Ruiz cantando y a las teclas y Will Castellano al bajo y a la producción. De un disco del que se disfruta cada segundo, “I quit” es el corte que más me gusta. Un tema que parece venir de otra dimensión que no es externa sino profunda. Que no sólo se intuye sino que se mastica. Sí, en definitiva, “Trance” de las Uniforms está lleno de ese tipo de percepciones tan mágicas y sugerentes como difíciles de explicar porque, como sabéis, hay cosas que, por mucho que analicemos, no se pueden entender