No estaba muerto, ni estaba de parranda, ni tomando cañas. Agustín González, el exalcalde de Jaén, después de mantener un perfil bajo en los últimos meses de cara a la opinión pública con algunas comparecencias, notas de prensa y algunos ejercicios de funambulismo social (por las redes, entiéndase) ha pisado el acelerador ante la recta final hacia, primero las Autonómicas, nunca se sabe cuándo las Generales, y sobre todo, ante las continuas quinielas sobre quién será el candidato a la Alcaldía por el PP para las próximas Municipales de 2027.
No quiere decir esto que durante estos seis meses desde la moción de censura González Romo no haya ejercido su labor de oposición y fiscalización de las tareas del gobierno municipal, ahí están las sesiones plenarias y las reuniones de planificación semanal cada lunes y de balance cada viernes. Pero bien es cierto que desde hace algo más de dos semanas se prodiga con mucha más frecuencia y contundencia: ruedas de prensa, comunicados, denuncias en las redes sociales, entrevistas y nuevos artículos en prensa. Que las faenas sean breves no impide que el toro se venga arriba cuando se siente acorralado o castigado.
Podría ser que Agustín González se hubiese cansado de llamar a puertas que ha encontrado cerradas en busca de una salida hacia otras tierras, otros vientos, algo que, aunque ya aquí apuntamos, él siempre negó, pera haberlas las hubo. Como pudiera ser que entre tantas apuestas para la futura candidatura a la Alcaldía, que si Elena González, que si Vicente Oya, que si Catalina García, que si María Segovia, que si María Luisa del Moral, sorprendiera que nadie de los aficionados a lanzar globos sonda se atreviera a mencionar el nombre de Agustín, exalcalde y portavoz en la oposición.
Y pudiera ser también que tener todas las puertas cerradas considerara un exalcalde de capital de provincia que no fuera una opción justa, como que toda la responsabilidad sobre la moción de censura caiga sobre sus espaldas o las de su siempre alineado y disciplinado aquí y allí, este y oeste, norte y sur, Erik Domínguez. Tal vez alguien podría pensar en el PP que algo de responsabilidad debe tener el gobierno andaluz de la Junta, el de Juanma Moreno, en la ruptura del pacto con Jaén Merece Más a tenor de las inversiones que desde que el PP recuperara la Alcaldía han llegado a la capital.
También parece claro que a San Fernando “Jaén le quita el sueño” (quizá menos en lo orgánico, como ha sucedido históricamente, pero sí en lo social) y deben andar preguntándose qué pasa en la provincia porque un día es el centro de Salud de Cazorla en el Parlamento el que le saca los colores al presidente, otro el rector de la Universidad de Jaén, otro los párrocos como Dios manda pidiendo pediatras, sin olvidar que desde enero la única capital de provincia en la que no gobiernan los populares es Jaén.
Pudiera ser también que Agustín, antes el breve, ahora sea el bravo, y que haya salido al ruedo buscando el indulto, bien sea como parlamentario andaluz, entrando en las próximas listas por la capital (habrá que ver qué tiene que decir Manuel Bonilla al respecto), bien hacia Madrid vía Cámara Alta o Baja o simplemente reivindique su papel legítimo de exalcalde, de portavoz y de posible alcaldable, extremo harto difícil.
Lo que sí parece claro es que una de “Las Sanitas” se postula abierta y públicamente para ser alcaldesa y que aunque, ahora, tras el Congreso Nacional, el PP andaluz esté pensando en su cónclave regional, aquí las heridas están abiertas con dos bandos claramente posicionados ya para ver quien le pone el cascabel al gato o al morlaco de los cargos.
En el tercio de muleta se verá si Agustín será finalmente el breve o el bravo.