Mediodía en la provincia de Jaén

Juan Jurado

A palabras necias...

La opinión de Juan Jurado


Me invita Multimedia Jiennense a tomar la palabra de forma mensual y, desde el agradecimiento por la oportunidad que me brinda, el primer impulso que me nace es el de poner ésta al servicio de las personas sin voz, de las que, por una razón o por otra, su palabra nace necia para oídos interesadamente sordos. Son tiempos de sordera tan selectiva como colectiva.

Sordera al llamado de la tierra, a la del olivar tradicional, puesto que desde Jaén escribo, sordera ante el grito sordo de los desplazados, de los desarraigados, víctimas de la miseria y de campañas de intoxicación, en una provincia que, sin embargo, ha visto cómo son ellos los que han ocupado sus campos en la recolección; sordera ante los gritos de desesperación y muerte de los niños y niñas gazatíes, asesinados desde un genocidio planificado y amparado, en una guerra de exterminio, cuyas consecuencias, por imprevisibles, también nos afectarán a todos nosotros, habitantes de una provincia tan olvidada como olvidadiza de sus raíces y de su historia.



Es lo que me dio en pensar hace unos cuantos días, mientras, junto a un centenar de personas, rodeaba la catedral. Para ello, nos había convocado, la plataforma provincial de ayuda a Palestina.

Esa noche, mientras formaba parte del cordón humanitario, imaginé si al Abuelo, su Evangelio, no lo llevaría a engrosar la cadena. Quise creer que sí, por supuesto, estaría con el mismo sentimiento de soledad que padecíamos las allí convocadas, y seguramente lo haría echando en falta a esos miles de jiennenses que todas las madrugadas del Viernes Santo suelen acompañarlo. Paradojas y sinsentidos que me entristecen y que quiero compartir con ustedes, para que, lejos de volar, ojalá aniden en su pensamiento.