Mediodía en la provincia de Jaén

David Avilés Pascual

Andaluces de Jaén, ¿quién cogerá los olivos?

La opinión de David Avilés Pascual


Ni la subida de los costes de producción, ni el cambio climático, ni tan siquiera los aranceles de Donald Trump. Por lo que realmente se tiene que preocupar el sector del olivar de nuestra provincia, especialmente del olivar tradicional de difícil, por no decir imposible, mecanización, es de que, si no cambian las cosas, en un horizonte no muy lejano, no habrá suficiente mano de obra para recolectar la aceituna.

Hace ya unas décadas, gobernando este país un tal Felipe González, se puso en marcha un sistema de protección de los trabajadores del campo, al que le llamamos PER, que aspiraba a mejorar la situación de este colectivo mediante la concesión de un pequeño subsidio durante los meses en los que escaseaban las labores agrícolas.



Pero, se pretendía, también, frenar la sangría migratoria que sufrían nuestros pueblos, protagonizada, en su mayor parte, por estos trabajadores temporeros y sus familias que no tenían más remedio que buscar otros lugares en los que pretendían, ¡fíjense ustedes!, nada más y nada menos, que trabajar y cobrar todos los meses del año.

El sistema, aunque mayoritariamente denostado por la población de este país, con sus más y sus menos, funcionó y logró frenar, en parte, la huida del campo. Pero ya no. Los jóvenes de hoy quieren otra cosa, aunque no tengan claro qué, y se van a la ciudad en su busca.

La falta de aceituneros (qué palabra tan bonita) la hemos estado supliendo con la llegada de magrebíes y subsaharianos, pero ese flujo migratorio se está reduciendo rápidamente, supongo que, porque, también ellos, prefieren trabajos menos duros y más estables.

Así que, algo habrá que hacer. O damos el valor que realmente tienen a los trabajadores agrícolas o el olivar tradicional y con él una forma de vida única y secular, tendrá los días contados.