Mediodía en la provincia de Jaén

Juan Francisco Villar

Gestión del patrimonio

La opinión de Juan Francisco Villar


Hace algo más de una semana nos despertamos con la noticia de que en las obras de rehabilitación del teatro Ideal Cinema de Úbeda se habían encontrado restos de una cantina del siglo XVI. Como de vez en cuando hago mis incursiones como actor, mi primer pensamiento fue decir: “Veremos a ver cuánto tiempo estaremos sin teatro, esto va a alargar las obras”
Pero rápidamente pensé que bienvenido ese retraso si eso suponía recuperar algo más del pasado en una ciudad como Úbeda, que tanto vive de los restos de su pasado.

Afortunadamente ya pasaron otros tiempos en los que se destruía por destruir todo lo que era viejo, para construir con sus restos nuevos edificios.



Pasó con la ermita de Madre de Dios del Campo, que el famoso cura dinamitero dinamitó para construir con sus piedras la iglesia del Paje. No llegó a pasar con el castillo de Canena gracias a María Josefa Ortega, una maestra que un día leyó un artículo de Luis Delgado en la revista Paisajes, que publicaba RENFE. Leyó María Josefa que se iba a desmontar el castillo para construir la SAFA de Úbeda y movió cielo y tierra, escribió al gobernador civil, y consiguió salvar lo que quedaba de él. Tenemos montones de casas construidas con piedras de la Muralla de Jaén, del castillo de Sabiote, del convento de San Francisco de Jaén, derribado para construir el mercado. Tenemos la iglesia de Santo Domingo de Jaén, y tantos otros edificios.

Algunos de los últimos casos serían la antigua cárcel de Úbeda o el puente Ariza, hundido bajo el pantano, cuando éste lleva agua.

Afortunadamente en los últimos años la sensibilidad hacia estos restos ha aumentado y se intentan mantener y, o bien restaurar, o bien integrar en obras nuevas diferenciando lo nuevo de lo viejo.

En los últimos años, empezamos a poner en valor aquellos restos que aparecen o ya sabíamos que existían, como sucede con el minado de agua que esconde el subsuelo de Torreperogil, que todos en el pueblo sabíamos que existía, pero que hasta hace poco tiempo, no sabíamos que era romano y procurábamos taparlo rápidamente si aparecía al desterrar para hacer una obra. Ahora, se está intentando preparar para abrir al público, convirtiendo esa parte de nuestra historia en una actividad económica.