Mediodía en la provincia de Jaén

Marian Adán

Metidos en el burladero

La opinión de Marian Adán


Si el arte de la Medicina consiste en entretener al paciente mientras cura la enfermedad, que decía Voltaire, Moreno Bonilla goza del talento estético de su paisano Picasso. Padecemos las catequesis de los medios que manducan del régimen de Juanma, y hartos de leer titulares fabriles que con autobombo nos hablan de "poner en valor, apostar, implementar...", verbos estos que deben de estar en la onda de los nuevos licenciados en periodismo, los reclinatorios en las iglesias están más concurridos que los pasillos de los sanatorios. No diré yo que la gestión sanitaria de los "policonsejeros" perjudique seriamente la salud, digamos en su descargo que practican el sublime arte de amenizar a más de un millón de andaluces que esperan una prueba diagnóstica o una cita con el especialista. Y es que no fabricamos médicos al mismo ritmo que la Junta produce contratos a dedo con el fin de ganar 'votillos' satisfechos de cara a seguir en la poltrona de las Cinco Llagas.

Hoy ni William James Sidis, que poseía un coeficiente intelectual que triplica el del actual plantel de políticos faranduleros, tendría nota para estudiar Medicina en Andalucía.



La cosa no rula y, por mucho que nos vistamos de rosa y cubramos la solapa con el lazo del tono que mande el almanaque, ya conozco ateos confesos que se encomiendan antes a La Morenita que a intentar concertar una cita con su médico de cabecera.

Me repite un amigo mío que a todos nos llega en la vida la oportunidad de demostrar nuestro nivel de incompetencia, lo cual no me provoca sosiego, ya que el monto de tal desatención, supone que se está curando en el cielo lo que se maltrata en la tierra.

Debe pensar este Gobierno que los andaluces aún relacionan "las mareas" con ese movimiento tan encadenado al socialismo. Quizá sea por ser año de sequía, pero nuestro solícito presidente no vislumbra aún que el agua de la pleamar puede llegar a anegar la zona noble de San Telmo.