Miles de personas se manifestaron el sábado en Málaga, Sevilla y Cádiz por las
dificultades que tienen para acceder a una vivienda. Pero en Jaén no hubo manifestación. Será
que en nuestra provincia hay viviendas para todo el que quiera comprar o alquilar, a precios
asequibles. Ni siquiera ninguno de los 900 solicitantes del registro de la capital lo entendió
reivindicable. Es cierto que aquí no hay aún la proliferación de viviendas turísticas de otras
provincias, a pesar de que la oferta hotelera de algunas ciudades, como Jaén capital, es escasa.
El derecho a la vivienda es un derecho constitucional. Y el tema es complejo y
controvertido políticamente. Las políticas expansivas de vivienda han sido pendulares,
requieren planificación y muchos recursos, y sus resultados no suelen ser a corto, sino a medio o
largo plazo, y no siempre son bien valorados por la ciudadanía sobre todo cuando se dirigen a la
población vulnerable.
En Andalucía, con competencia exclusiva en vivienda según su Estatuto de
Autonomía, durante muchos años se hizo una política que permitió a la ciudadanía acceder a la
compra o alquiler de miles de viviendas protegidas. Y lo hizo con el apoyo financiero
imprescindible del Gobierno de España a través de los convenios sectoriales. Pero la crisis
económica y el desacuerdo político entre Madrid y Sevilla cortaron en seco tanto la promoción
de vivienda como los programas Rehabilitación y Regeneración Urbana que incluían vivienda
privada, dejando fuera al Centro Histórico de Jaén, que apenas se inició.
El anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento de Jaén hizo sus deberes, inició y licitó
la redacción de su Plan Municipal de Vivienda, instrumento que el equipo actual ha de llevar a
aprobación, ya que es imprescindible para la elegibilidad de fondos europeos y para poder
aplicar los programas conveniados. La apuesta del Gobierno Central, con ministerio propio, y la
diversidad y oportunidad de programas con presupuestos disponibles muy potentes y que el
Gobierno Andaluz puede recibir, no puede dejarse pasar. Es la oportunidad para nuestra bella
ciudad de luz.
Y aún sin manifestación, la realidad es que la próxima puesta en funcionamiento del
CETEDEX va a requerir de un número importante de viviendas para alojamiento. Y ya vamos
tarde, y cuando no haya vivienda disponible y los precios se disparen, cuando los jóvenes no
puedan independizarse ni iniciar su proyecto de vida porque no puedan pagar el alquiler, o
cuando el Centro languidezca, entonces, nos manifestaremos.