Cuando mi nieto dentro de unos años me pregunte ¿Dónde estabas tú cuando se
cometió el Genocidio en Palestina, cuando bombardearon toda la franja de oriente
próximo del Mediterráneo? Le diré que estaba pidiendo, exigiendo que se
cumplieran los derechos humanos, pidiendo que el derecho internacional no se
convirtiera en basura.
Le diré que me manifesté en Jaén, rodeando la Catedral el día en el que se
cumplió un año del atentado terrorista que 1.200 miembros de Hamás perpetraron
en Israel y provocó el asesinato de 1.290 personas, más de 7.000 heridos y 101
rehenes.
Le diré que condené, como toda la comunidad internacional, este atentado
terrorista. Pero le diré que Israel lleva desde 1948 practicando apartheid y
genocidio al pueblo Palestino, y que a partir del 7 de octubre su respuesta también
es terrorista.
A pesar del asesinato de 116 periodistas, él sabrá que el ejército de Israel, con
armamento financiado por EEUU y por Europa ha arrasado Gaza, que cada día
realiza 846 bombardeos, que se calculan 120.000 personas asesinadas, que más
de la mitad son mujeres y niños. Se ha destruido más del 60 por ciento del
territorio, no hay escuelas, ni universidades, ni centros de cooperación, no hay luz,
ni agua corriente, el coste de los alimentos se ha multiplicado por cien, Casi toda
la población palestina pasa hambre y sufre epidemias. Solo queda la mitad de los
hospitales operativos, aunque sin apenas suministros, que más de 3500 niños
sufren amputaciones de piernas, ojos, brazos… Le dejaré las cartas que unos
médicos estadounidenses, que han estado en Gaza muchos meses, escribieron,
ahí cuentan que aunque a los niños se les considera universalmente inocentes en
los conflictos armados, ellos vieron a niños en Gaza asesinados con disparos en la
cabeza o en el pecho de forma habitual o incluso diaria.
Le diré que hice boicot a los productos israelíes, que le pedí a mi gobierno estatal
que rompiera relaciones y que no enviara armas a Israel, que a diario compartía
textos en redes sociales, que he participado pidiendo justicia, vida y paz; que lo
hice porque soy pacifista y porque no quiero que sienta vergüenza de su abuela.
Hice lo que pude.
Mi voz y mi corazón siempre estuvieron con las victimas inocentes de este
Genocidio.