Una vez conocidos los Presupuestos Generales del Estado para el año entrante en nuestra provincia, solo se me ocurre decir, que parece que nos ha mirado un tuerto, o peor aún, los políticos siguen ciegos cuando de mirar a esta tierra se trata.
Por si fuese poco la "pertinaz sequía" que nos azota en este otoño robado, que ha convertido el veranillo de San Miguel en un verano en toda regla de San Lucas, causa por la cual, la producción de aceite puede verse mermada a la mitad de años anteriores, según vaticinan expertos en la materia, ahora se suman las cuentas a precio de saldo que nos mandan desde Madrid. Un despropósito que más parece una penitencia que una oportunidad.
Después de infinidad de promesas realizadas a una de las provincias más castigada por el paro y la despoblación, los jienenses esperábamos que los presupuestos de Sánchez, esta vez sí, serían justos para cubrir nuestro déficit, pero nada de eso se ha cumplido y volvemos a quedarnos en el andén viendo como el tren sigue sin tener parada y pasa de largo.
Vamos a peor, y así con estos mimbres, los partidos políticos, que van a lo suyo, tendrán que hacer el cesto de la campaña para dirigirse en un año electoral, con los tópicos de siempre, a un público que harto de vivir en duermevela solo entiende del sufrimiento de lo cotidiano; subidas desproporcionadas de carburantes, luz, o cesta de la compra, y sueldos que no sirven para equilibrar la inflación disparada.
Un consejo, si tienen a bien aceptarlo los partidos con poder, en esta campaña de las municipales, absténganse de meter las promesas en copa de balón, que no nos salen las cuentas.