Mediodía en la provincia de Jaén

José Luis Urgel

Una oportunidad

Opinión de José Luis Urgel

Dicen que quien no se consuela es porque no quiere. En mi caso, lo reconozco, no quiero consolarme porque la lluvia, tan valiosa como necesaria, nos ha frustrado de prácticamente toda la Semana Santa. Como cofrade me niego a conformarme porque esto va de estar en la calle. La Semana Santa no puede entenderse y no tiene sentido sin llevar la pasión de Cristo, sin acercar la fe, hasta el último de nuestros barrios, hasta el último de nuestros callejones. Hay que salir a la calle. Hay que estar en la calle.

El agua, insisto, tan valiosa y tan necesaria; dio alguna tregua que nos permitió disfrutar. La Semana Santa no sólo es tradición. También es una oportunidad. Una oportunidad para vivir momentos cargados de emoción. Y eso hice este Viernes Santo. Me planté en la Cuesta de la Merced para ver cómo la Soledad subía con tesón y devoción una empinadísima cuesta a toda velocidad. Habían pasado 10 años desde la última vez que estaba en la cuesta un Viernes Santo.

Lo hice junto a unas amigas ateas, muy ateas. Como nos planteamos allí casi dos horas antes tuvimos tiempo de charlar con algún desconocido. Entonces conocimos a un francés que hablaba un perfecto castellano. Venía a Úbeda cada Semana Santa para reencontrarse con la Virgen de la Soledad en ese preciso lugar, en la Cuesta de la Merced, donde posiblemente estábamos miles de personas esperando.



Porque la Semana Santa es una oportunidad para conocer, vivir, sentir, emocionarse y, sobre todo, para volver a ser ese niño que esperaba durante todo un año con la ilusión intacta para vestir su túnica.