Política con Sur

Manuel Palomares

Apagones que iluminan

Ese día comprendieron muchas instituciones la importancia de poseer grupos electrógenos de apoyo

Entre pérdidas de cobertura, alarmas, apagones, epidemias y ahora cortes de Renfe periódicos, nadie diría que no estamos siendo entrenados en calamidades. Y es que, cuando aquel último de mes nos encontramos sin electricidad pasamos por la fase de pensar que era nuestra planta, luego nuestra calle y finalmente Jaén, hasta que los privilegiados que iban en coche pudieron escuchar en radio que era peninsular, si bien algunas radios o tv ni siquiera daban señal pues dependían del mismo fluido eléctrico.

Entonces, y con la atmósfera prebélica que se respira en Europa podíamos tener indicios de avería, pero se convirtieron en verdaderos momentos de The Walking Dead cuando el Presidente Sánchez citó que había pedido ayuda a la OTAN y ahí es donde comienza nuestro aprendizaje.

Ese día comprendieron muchas instituciones la importancia de poseer grupos electrógenos de apoyo, depósitos de agua de mayor capacidad y mayores protocolos de asistencia. A partir de ahora, muchas cadenas de radio nacionales, autonómicas y locales tendrán un plan b para no perder su señal.
Los que han visto por l subida de tensión quebrar sus electrodomésticos instalarán resistencias y reguladores en sus cuadros y seguramente los instaladores de placas vean un momento dorado en donde aumente considerablemente el numero de domicilios con autoconsumo o consumo combinado, por no hablar del varapalo que el Gobierno prepara a las eléctricas y el nuevo debate sobre nacionalizar sectores críticos o sensibles para la supervivencia del Estado.



Ese día comprendimos que el kit de emergencia no es una mochila de supervivencia en una trinchera, sino los elementos básicos para cualquier incidente mayor o menor pues utensilios tan humildes como un transistor y una linterna puede darnos la mayor de las necesidades que se tienen en momentos de incertidumbre: la información.

Los afortunados que disfrutasen de autoconsumo pudieron disfrutar de la normalidad, aunque lo que se veía en la tv desde luego era inquietante dado que los desconcertados reporteros no poseían fuentes de lo ocurrido y solo había sucesos y entrevistas con mayor o menor caos.

Si nos acordamos de los ancianos que viven solos y que no sabían lo ocurrido, los atrapados en ascensores, los centros de atención primaria, los centros penitenciarios a oscuras, los de drogodependencia, la bajada del PIB, el mensaje de debilidad del país, el que Marruecos nos tenga que prestar auxilio, el mostrar nuestro talón de Aquiles a los ciberdelincuentes… nos encendemos por dentro, pero en positivo.

Que este apagón sirva para que sepamos apreciar la conversación en familia, de prepararnos con mayor sosiego ante futuras catástrofes, a tener insumos, provisiones, a que tengamos plan b y c para distintas variables y entonces este gran simulacro habrá servido sobremanera para lo que pudiere avecinarse pues como decía Shakespeare, “la mayor improvisación es la adecuadamente preparada”.