Cuando la redención, el perdón y el arrepentimiento parecen ser imprescindibles para avanzar y dejar atrás el rosario de casos de corrupción de los socialistas, aparece una sentencia de nuestro tribunal de garantías (TC) que también se basa en el perdón.
Una sentencia que ni González, ni Corcuera, ni Guerra, ni Paje ni tantos militantes socialistas aceptan por blanquear con la amnistía a los independentistas. Una sentencia que posee una base de perdonar delitos; pero para perdonar hay que mostrarse arrepentido y estos insidiosos señores independistas se jactan de volver a hacerlo en cuanto puedan.
El perdón, esa institución tan demediada en política… a veces usado por Sánchez tras maquillaje real para buscar comprensión, una palabra que viene usando el PSOE en sus intenciones tras el desafío soberanista y un perdón que tanto se resiste en el PSOE de Jaén por, por ejemplo, el haberse beneficiado de un caso como lo fue el “Caso Pandilla”, 24 horas antes de unas elecciones municipales y que tanto vinculó al PSOE de Jaén que denunció un delito que en realidad cometió un “colega” de algunos socialistas - aquella investigación policial desmontó rápidamente las estrategias políticas que presuntamente podría haber ahí. Una lástima que, sorpresivamente, hayan destinado a aquel comisario a Marruecos.
Queda claro que el perdón del PSOE es menos creíble que el pésame de un funerario pues solo aparece tras los golpes al Estado de Derecho, la dictadura de la ley que afortunadamente los pone en su lugar gracias a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de las que poco se habla de la gran calidad de la UCO y de la UDEF.
El cisne es un hermoso animal que avanza hercúleo, solemne, cuello engallado erguido, mirada elegante, velocidad de crucero, plumas brillantes…pero para que esa imagen se vea hay unas patas pequeñitas que se baten con mucho esfuerzo entre piedras, lodo, barro y que no se ve. Es un trabajo oculto.
Haciendo el símil, para no escuchar eso de “todos los políticos son iguales” o “España es un país de picaresca”, recuerden que existe un país cisne, de calidad. Que, si España se mantiene como país de confianza para inversores, con índices al alza en transparencia… es porque también hay unas patas de cisne, que es la Policía, funcionarios, profesores, políticos, fiscales, jueces, ciudadanos honestos, militantes honrados, que, en el silencio del despacho, en la soledad del flexo, en la actitud de hacer el bien día a día… contribuyen siempre a volver a la ley y al orden. Gracias a todos ellos.