Este mes de Julio se hace pública la sentencia donde se condena penalmente a D. M. “El Blanco”, amigo de Julio Millán, José Manuel Higueras y otros socialistas capitalinos a juzgar por la investigación judicial en donde hablaban colegueando con asiduidad, se enviaban fotos, gracietas... Recuerdo como concejalas como Nines, Funes o Angulo esa noche publicaban en sus redes su indignación exacerbada y asquito contra nosotros, pero estos días no han publicado nada. Será por Julio, un mes vacacional.
Comprendamos la amistad entre el condenado y sus amigos, y las amistades, aunque infaustas, hay que respetarlas siempre. También al Mini pope Roberto y otros que se beneficiaron de aquella noche electoral.
Pues ya tenemos a un acusado, un convicto y una sentencia. Decía el refranero español aquello de “Dime con quien te juntas y te diré quién eres“.
Ese peligroso convicto multireincidente, “El Blanco”, con numerosas detenciones por delito de pequeño delincuente mequetrefe, con ínfulas de capo di capo de mirada desafiante, bolsillo vacío y de dudoso aporte social, quiso dar un cobarde paso aquel día de las elecciones suplantando la identidad de dos honrados y trabajadores concejales alardeando falsas imágenes, fingiendo conversaciones, procurando la risa y admiración de sus coleguillas, pero escondido hasta que se le detuvo.
Yo era uno de las víctimas directas del delito, hoy resarcido y feliz, pero también Antonio, un partido democrático, familias, amigos y, sobre todo, la verdad. Gracias desde estas líneas a todos ellos y a quienes siempre nos creyeron, hemos ganado.
Afortunadamente en una semana la reputación no solo estaba reconstituida sino reforzada y nos ha hecho esto más fuertes, competitivos y reconocidos por lo que el tiro salió por la culata.
Ese día, volvía del campo con mi pareja. Ese día recibí 1400 mensajes en menos de una hora por titulares que nos acusaban gravemente que diarios escorados a la izquierda publicaban sin contrastar que mi compañero Antonio y yo comprábamos votos la noche electoral. Aquella acusación contra nosotros se archivó al día siguiente, luego le tocó hablar a la justicia y empezaron los sospechosos a dar explicaciones: Roldán, Millán, Mini Pope, Blanco…
Nadie nos ha pedido perdón. Solo un señor, con mayúsculas, por haber dudado de nosotros que actualmente es concejal socialista y se hizo cargo de aquello, al que siempre tendré como honorable y honesto. Nosotros sí hemos perdonado. En juicio, con el alma y por ello estamos en paz, pero ese día… ese día mi familia tuvo que ir escoltada a ejercer su derecho al sufragio por el miedo a la calaña de lo que aquel día perpetraron. Dos días sin dormir con medicación, nervios… En el informe policial se veía la conversación entrañable de estos señores, incluso tenían teléfonos nuestros que difícilmente pudo lograr un choricillo sin ayuda de alguien más que se lo facilitase que nos conociese por el trabajo o similar…
Nadie sabe si se usurparon identidades, hubo delito contra la Constitución, falsificación de documento privado, protección de datos, honor, no importa. Acabó como se tuvo que acabar, con justicia.
En el caso Escobedo del “Crimen de los Urquijo” se condenó a uno, pero se sospechaba de muchos porque evidentemente participaron más. La sentencia decía que el acusado lo hizo “solo, o en compañía de otros”.
Yo ese día pude haber perdido mi familia, mi pareja, mi credibilidad electoral incluso mi trabajo y salud. ¿Cómo impartir derecho electoral como profesor quien es acusado de comprar votos? Ahora me rio y sonrío del resultado, y muy agradecido, porque la justicia llega a donde llega, pero el Kharma, Dios, la justicia ética y la conciencia, son ad eternum. Feliz Julio a todos, que se va acabando…