Por Los Cañones

María del Mar Shaw Morcillo

Sin tregua

La banalización de la discriminación de género también trae cacerías, cada año, cada mes

 De verdad, no hay manera...esperas que el verano sea un periodo plácido y haya tregua y no es posible. Nada. Sólo en el mes de junio se ha asesinado a 9 mujeres y tres menores a manos de sus padres, maridos, ex-compañeros... Cómo si de una DANA que barre todo el territorio, día tras día aparecen estas noticias. Primero la muerte, luego la investigación y presunción, y por último, la confirmación del asesinato. Sin tiempo a recordar, sin plazo de duelo, sin saber sus nombres o edad. Una tras otra.

El asesinato de mujeres a manos de sus compañeros es la más grave manifestación de la discriminación y la violencia machista. La máxima expresión que rebota en los informativos y concentra frente a los Ayuntamientos. A palos como a los animales, así nos acallan. Pero como en todo, no existe si no hay una base, un sustrato de desigualdad, entender que somos inferiores, en todo, y el valor de lo realizado siempre es menor. El trabajo, el cuidado de los familiares, los estudios o hasta el deporte. Ahora que celebramos una selección de fútbol española femenina que se sale jugando y goleando, que es favorita a ganar la Eurocopa, ahora que los campos se llenan de hombres y mujeres animando y reconociendo que también es arte y deporte, ahora que las televisiones le dedican espacios y se retransmiten los partidos con gran audiencia, ahora, Jaén se señala como foco de discriminación en el deporte femenino.

Lo que podría venderse como anécdota, la verdad es que no tiene ninguna gracia. En Baeza, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, también han querido distinguirse, según el equipo de gobierno, fomentando el Fútbol Sala Femenino. Para ello en el Memorial “Pepe Cañero”, torneo en el que los premios oscilan desde los 1.000 a 150 euros más un trofeo, han tenido a bien incluir una categoría femenina cuyo premio será la exención de la tasa de 80 euros y un trofeo, supongo de menor tamaño que el masculino, como dicta la costumbre. Sin premio económico, ni un euro, nada. Y hasta que la oposición se levanta, nadie, ni alcalde ni concejala de igualdad, nadie, le da el menor recorrido. Les parece normal. La banalización de la desigualdad.



Y no es baladí que esta señal del machismo imperante se dé también en las instituciones, recordar que Baeza tiene más de quince mil habitantes, 17 concejales y concejalas, y el señor edil de Deportes un amplio historial político. La evidente desigualdad de trato a hombres y mujeres va en contra de la Ley, es cuando menos ilegal. Así, sin más. Desde un gran Ayuntamiento se permiten infringir normas como la Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres, la Ley del Deporte, o por supuesto la Constitución en su artículo 14. Nada de esto parece que vincula a políticos y políticas de gobierno. Frente a la denuncia de la oposición y medios de comunicación se ha realizado la oportuna rectificación pública, aunque una semana después desconocemos si la cuantía de los premios será igual para hombres que para mujeres. Y lo que más me sorprende es que en las redes recogen opiniones como “que se sacan las cosas de contexto” o se escudan en casos asquerosamente machistas que atañen al partido de la oposición, como si siempre valiera el tú más. Pero estos premios también son discriminatorios, de quienes los propone, de quien no realiza la vigilancia debida y quienes lo trivializan y quieren llevarlo todo al espectro de la normalidad social. La normalidad de una sociedad desigual que pretenden perpetuar.

Y no es normal, no lo es. Asistimos escandalizados al llamamiento a la cacería de inmigrantes en Torre Pacheco, es uniforme la repulsa, y me asalta la duda de como hubiera reaccionado el pueblo de Baeza o su alcalde si la peregrina idea de dejar sin premio económico se hubiera recogido para inmigrantes, legales o ilegales. Habría un clamor general llamando frente al racismo, como bien quedó reflejado en los programas del paisano Broncano, nadie quería auto etiquetarse como racista, preferían ser machistas porque “está mejor visto”.

La banalización de la discriminación de género también trae cacerías. Cada año, cada mes. En el año en curso, en España han sido asesinadas 22 mujeres por sus compañeros o excompañeros. Y no puede ser una broma. No compañeros, el trivializar sobre el machismo es no ponerlo en tu agenda personal, es sacarlo de las prioridades políticas, es igualar toda la violencia negando la realidad y invocando estadísticas inexistentes. Hay que empezar desde la escuela, en la familia, con la educación, pero va más allá. La obligación de cumplir la ley vincula a los poderes públicos, a todos, y el mandato constitucional obliga a remover los obstáculos desde el año 1978. Al Ayuntamiento de Baeza, también.