Con perspectiva sureña

Antonia Merino

La UJA, a la reconquista del casco histórico

La plaza de Santiago albergará una residencia de estudiantes universitarios con capacidad para unas 180-200 personas

El casco histórico de Jaén fue, en otro tiempo, “el todo” de la ciudad. De ese “todo” sólo quedan vestigios de un patrimonio histórico de alto valor abandonado a su suerte por la inacción política. A diferencias de otras ciudades, el respaldo de instituciones públicas y privadas implicadas en proyectos de regeneración urbana no ha existido en Jaén, salvo en acciones puntuales como el teatro Infanta Leonor o la sede Sabetay de la UPM. En cambio, sí tenemos ejemplos cercanos de cómo algunas capitales de provincia iniciaron hace décadas ese proceso de recuperación de la mano de administraciones y entidades privadas. Capitales que sí han cuidado y conservado sus cascos históricos, donde la armonía se respira en cada esquina y sus calles son las más transitadas, pero también las más cuidadas. Nuestra vecina Córdoba, con sus luces y sombras, es un modelo a tener en cuenta, por no hablar del casco histórico de Girona, donde la Universidad ha jugado un papel de revitalización potenciando la oferta cultural de la ciudad y manteniendo una población joven, consumidora de cultura. La semana arrancaba con un anuncio que bien se podría entender como un primer paso para impulsar esa revitalización tan urgente y necesaria. La plaza de Santiago albergará una residencia de estudiantes universitarios con capacidad para unas 180-200 personas, tal y como se comunicó el lunes en la reunión que mantuvieron el rector de la UJA, Nicolás Ruiz, y el alcalde de la ciudad, Julio Millán. La Universidad de Jaén promotora de este proyecto, anunció que va a solicitar al Ayuntamiento la cesión demanial del solar. La institución académica asegura que el proyecto se realizará mediante la fórmula de colaboración público-privada. Que esta residencia puede ser "un elemento dinamizador", no cabe la menor duda, y que tras el mismo pueden venir otros proyectos a enmendar la inacción de las administraciones sería más que deseable. Bienvenida sea la iniciativa, si ello implica seguir mejorando la habitabilidad, la movilidad y la conectividad; la recuperación del patrimonio; la ampliación de la oferta cultural y de equipamientos; la dinamización de la economía o el ocio, y el aumento de la calidad del espacio público. Hacer realidad este proyecto conlleva, además, un compromiso real de las administraciones para ofrecer algo más que titulares estériles y riñas de patio de colegio. A estas alturas, el ciudadano espera hechos y no soflamas de vendedores de humo.