No se enteran. O no se quieren enterar. A los socialistas de la tierra, ni siquiera hoy, so pretexto lúdico/etílico de la feria de san Lucas, les cuesta una enormidad defender las cuentas públicas 2023, PGE, pergeñadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para la provincia. Las comparecencias de prensa de Paco Reyes, flanqueado por Santos Cerdán y Juan Espadas (con el secretario federal de Organización, a su vera, cualquiera decía otra cosa) y de uno de sus delfines de Hurtado 6, José Latorre, así como alguna que otra inserción pagada en redes sociales. Y punto, pelota. No es que no sean expansivas, en términos generales, escudo social para los más desprotegidos, o que los empleados públicos no se beneficien, en cierta medida (“Más de 37.000 funcionarios públicos jiennenses verán aumentado su salario con los presupuestos 2023 de #ElGobiernoDeLaGente. Una subida salarial entre el 2,5 y el 3,5% en la provincia”). Visto y sufrido desde aquí, en carne viva, lo peor de todo no es que siga sin llover, sino que la sequía de Jaén, para estos chamanes de la casuística progresista, constituya un destino científicamente irreversible. La proyección demográfica del INE hasta 2037, publicada la pasada semana, avanzaba que esta provincia perderá 45.000 habitantes en sólo 15 años, mientras el conjunto estatal ganaría 4 millones. España vacía, España vaciada, España despoblada o España ninguneada, que para el caso que nos ocupa –el nuestro, maldita sea- viene a ser lo mismo. Subirían 6 de las 8 provincias andaluzas, sobre todo Málaga y Almería, salvo Jaén y Córdoba. Las dos únicas capitales de provincia vecinas sin conexión por autovía. Ríete de mí que soy tu espejo. Seguramente por eso, más que por cualquier otra cosa, dolió tanto la afrenta del COLCE, que va ya para año y medio: porque nos lo quitaran a nosotros y se lo dieran precisamente a la otra gran menesterosa. Para acallar las protestas, desde entonces hasta hoy, escenificaron varias poses institucionales de desagravio, como la visita exprés del ministro José Luis Ábalos (Abril de 2021, aún con el COLCE de cuerpo presente) o el mitin de precampaña de Pedro Sánchez Pérez-Castejón en Torredelcampo (Mayo de 2022, por necesidades estrictas del guion electoral). Así, defendiendo lo indefendible, sublimando una discriminación positiva que no se ve por ninguna parte, para qué vamos a engañarnos, resulta muy difícil sostener exitosamente abierta la sucursal. 69,1 millones de euros de inversión regionalizable de los PGE 2023, aunque a estas partidas quepan sumar otras incluidas en transferencias o no regionalizables (para que la subdelegada Catalina Madueño consiga elevar la pírrica cifra a 94 millones). Porca miseria, al fin y a la postre. Ni un impulso decidido a la materialización de los tramos pendientes de la A-32 (con terminar de pagar lo realizado ya tienen bastante), ni una reactivación ferroviaria siquiera indiciaria (en el marco imaginario del corredor central transeuropeo).
Consumido con avaricia el alivio de luto de la feria (la mejor que se recuerde, por más que la Asociación Provincial de Feriantes cifre en un 35 por ciento menos la afluencia de público a sus atracciones), enfilaremos una empinada cuesta de noviembre, plagada de baches sin jornales, medidas anticrisis/antiinflación, en la que el Gobierno regional de la mayoría absolutísima de Juanma Moreno Bonilla intentará dar la puntilla definitiva a las expectativas de recuperación del PSOE en la vasta Andalucía de interior de la que formamos parte. Por lo pronto, guiño municipalista a 7 meses vista de los comicios locales, adelanto de la consejera Carolina España, hace una semana, en Córdoba, descongelarán los fondos de la Patrica, participación de los ayuntamientos en los tributos de la Comunidad, y aplazarán el pago de la deuda a la Junta (hasta en 15 años) para que los consistorios puedan acogerse a la financiación de los fondos Next Generation. A continuación, en similar línea propagandística, presentarán un proyecto presupuestario para 2023 que subirá un 12 por ciento con respecto al prorrogado de 2022 y retomará viejas reclamaciones jaeneras, como la Ciudad Sanitaria, la Ciudad de la Justicia y el Tranvía. A través de este humo de botafumeiro, sugestión por intoxicación, en territorios dejados de la mano del dios de los dineros públicos, el PP-A pretende ahondar en el agravio comparativo entre unos y otros presupuestos. Ahí es donde Érik Domínguez (el único casadista al que mantiene Juanma en una presidencia provincial, ante el reto –su ser o no ser- de la Diputación) y José Agustín González Romo (el aspirante a alcaldable peor tapado, lesionado en plena feria después de un traspié en la disputa de un partido de rugby), tras la puesta de largo que supondrá la convención provincial del 5 y 6 de noviembre, preparatoria de las elecciones municipales del 28 de mayo, aspiran a cimentar su asalto al poder en el Ayuntamiento de Jaén. El soniquete recurrente de la alineación de astros, del que tanto abusó el PSOE de ZP para fundamentar el advenimiento de aquella discriminación positiva hacia Jaén en forma de Plan Activa, ahora Érik, tan aficionado al alegorismo mitológico, lo rebautiza como ‘Cinturón de Orión’, la constelación que para los egipcios era la puerta al más allá, encuentro con los muertos, en el que el cazador de Orión, Eönwë, el propio Domínguez, sospecho, es el espadachín del cielo. Pero el cielo siempre puede esperar si debajo, aguardando la lluvia o el maná, está Jaén.
Lina García, la superconsejera de Salud, en sede parlamentaria, en una réplica, el otro día, reprochaba al PSOE-A que no hubiera hecho nada por la Sanidad andaluza en los últimos 40 años. Literal. Sobreactuaba, claro está, y al generalizar, mentía. No pasa nada. Jaén Merece Más, después de criticar la incidencia real en la provincia del proyecto de PGE 2023, se congratulaba, no obstante, una de cal y otra de arena, por el anuncio oficial, competencia estatal, de la autopista eléctrica de Baza-Caparacena-La Ribina que responde a una demanda histórica en una de las comarcas jiennenses más orilladas/olvidadas, de Huesa a Quesada y Pozo Alcón. En las horas previas a la cabalgata de feria, en la novena del Condestable, lo más cerca del cielo y más lejos de la devaluada cotización de la marca PSOE que pudo, el alcalde Julio Millán presentaba su precampaña: “Somos Jaén, Jaén”, versión actualizada/iluminada de la imagen del skyline de 2019: un jaenerismo de doble jota, ‘jamón, jamón’, ‘Jaén, Jaén’, que, contracorriente, anhela sobrevivir al Cinturón de Orión, a la alineación de las tres marías y a lo que se tercie.
Manuel Expósito
El ExpositorEl cinturón de Orión
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Foto: EXTRA JAÉN
El cinturón de Orión.