El Expositor

Manuel Expósito

Jaén y su 'no sé qué'

El problema real de Jaén, desde siempre, es ese ‘noséqué’ con que el poder afronta, desdeñoso, la resolución de unas circunstancias históricamente adversas...

 Jaén y su 'no sé qué'

Foto: EXTRA JAÉN

A58, el tatuaje que Juanma Moreno se hizo en Linares.

El problema real de Jaén, desde siempre, es ese ‘noséqué’ con que el poder afronta, desdeñoso, la resolución de unas circunstancias históricamente adversas. El proyecto de Presupuesto Generales del Estado 2023 no recoge más partidas inversoras para la provincia, simple y lisamente, que diría Paco Reyes, ocurrente, porque, sin perchas previamente colgadas en el armario de las cuentas públicas del Estado, concreción y procedimiento, ¿cómo, cuándo y dónde va a gastarse en Jaén el dinero de los contribuyentes si antes no se cumplimentó, en tiempo y forma, el proceso de redacción y aprobación de las iniciativas llamadas a sacar, de una vez por todas, a esta tierra de su ostracismo? A Juanma Moreno, el presidente andaluz, le asalta similar inquietud cuando su gabinete le prepara una agenda de trabajo en Jaén. No saben muy bien qué citas insustanciales inventarse para completar una jornada baladí al uso. Desde el estreno de la rehabilitación de un antiguo hospital municipal donde apenas se invirtió un millón de euros (con la asistencia de la consejera Lina García habría sido más que suficiente), a la celebración de una función teatral en la gira triunfal-poselectoral del comité ejecutivo andaluz del partido (escenario pintiparado para repetir el soniquete de la discriminación positiva, comprometida la pasada legislatura en el transcurso de los dos consejos de gobierno celebrados en la provincia, que tendrá su fiel reflejo en los Presupuestos de la Junta para el año venidero), un discretísimo tatuaje (minúsculo y escondido, de esos que luego casi no se ven bajo la pulsera del reloj y la manga larga) en Linares y, por último, para rematar la faena propagandística y el baño populachero, el inevitable safari fotográfico del ‘bienqueda’ y los parabienes (con mil posados y sin sombrero) por el ferial capitalino de san Lucas.

Para entender en su justa dimensión la transversalidad en la ambición del personaje no hay más que reparar en los prolegómenos de su visita a Jaén, cuando Moreno Bonilla confirmaba la incorporación de Juan Marín a su equipo, presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía, completando así la absorción casi integral de la cúpula dirigente regional de Cs, y, sólo unas horas después de quitarse su corbata de novio y sortearla a cachitos (siguiendo la costumbre del banquete nupcial) por las casetas del recinto ‘Alcalde Alfonso Sánchez Herrera’, al rubricar en Coria del Río el fichaje, con carácter retroactivo y sentimental, del otrora refundador del andalucismo burgués, Alejandro Rojas Marcos, a cambio de instituir el 4 de diciembre, 4-D, como Día de la Bandera Andaluza. A este paso, aviso, el día menos pensado, Juanma nos sorprenderá sentado a la mesa, con el vuelco del cocido a su vera y echando unas risas con la abuela. Es este juanmismo de Juanma, ese ‘noséqué’, el del énfasis institucional de popularidad, sin dejar de ser cuñao, el que amenaza con repetir el hechizo ejercido durante décadas por el felipismo en esta provincia, sin habernos arreglado, en lo concreto y particular, un solo roto o descosido histórico. Es en ese ‘noséqué’, pues, sobre el que pretende cimentar el morenobonillismo el asalto al Ayuntamiento de Jaén y la Diputación provincial. Con el juanmismo, a la postre, casi todo da lo mismo. Igual da que los candidatos sean José Agustín González Romo y Erik Domínguez, o cualquier otro que pasara oportunamente por allí a la hora de comer. Entiéndaseme bien. La aritmética del triunfo el próximo 28 de mayo en el conjunto de la provincia pasa, inequívocamente, como recordaba el presidente del PP de Jaén, por doblar la cifra de alcaldías y duplicar el número de concejales. Para consumar el vuelco en el pleno del palacio de san Francisco (16 PSOE, 10 PP, 1 Cs, hoy por hoy), deberían invertirse los términos en los tres principales partidos judiciales: Jaén (8 diputados en juego: 4 PSOE, 3 PP y 1 Cs, en la actualidad), Andújar (3 escaños: 2 PSOE y 1 PP) y Úbeda (3 corporativos: los 3 del PSOE). Ahí es donde se juegan mayormente los cuartos. Si los socialistas perdieran, en total, 3 diputados a favor del PP, se produciría un empate a 13 que, quizá, quién sabe, bocatto di cardinale, le correspondiera inclinar hacia la derecha a un solitario diputado provincial de Vox o de Jaén Merece Más. ¿Imaginan la tesitura o el poder de un voto? A siete meses de la hora de la verdad, las cuentas están hechas, las habas contadas y las espadas en alto. En el consistorio jaenero, la diferenciación entre Jaén Merece Más y Siempre Jaén podría complicar la cuadratura final del círculo a los populares. El pacto de desgobierno en Alcalá, PP-Cs, con el naranja Ángel Montoro denunciando ante la Junta operaciones de demolición de viejas casas en pleno casco urbano, donde tendría intereses la familia de su socio del PP, el alcalde Marino Aguilera, favorece las expectativas del veterano dueto socialista conformado por Elena Víboras y Felipe López…

Ese ‘noséqué’, que mantiene sempiternamente a Jaén aguardando un cambio de ciclo en las alturas de la política, que modificó el 19-J la lógica preelectoral de las derechas de esta tierra, aventura ahora sobre el sufrido papel un paquete inversor andaluz para la provincia tan llamativo como especulativo. Quién da más. Ver para creer.