La Navidad, tan cegadoramente visible y consumista hoy por hoy, es, sobre todo, una ilusión. En tanto percepción o interpretación de un estímulo externo real, la activación oficial del periodo de ilusión colectiva que representa la Navidad no podía traerla en 2022 a este confín españolísimo del Estado una cerveza que, en esencia, ya es tan de Jaén como una hamburguesa de Mcdonalds, unos cuantos puestos de trabajo autóctonos arriba o abajo. Lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible, sentenciaba el torero-filósofo. Las tradiciones que dejan de tener arraigo popular, pierden su sentido práctico, su efecto multiplicador, su razón de ser. Quizá, pasado mañana, cuando concluyan las pruebas de cata-degustación que se realizan actualmente en la fábrica de La Imora a partir de ocho extractos diferenciados, ocho posibilidades ciertas, Jaén recupere una cerveza genuinamente propia, reconocible y emblemática, con la que saludar la Navidad, anunciándola a propios y extraños. Por lo tanto, el detonante este año de la ilusión de la Navidad jaenera no podía ser un tercio de cerveza, ni una pista de hielo junto a El Corte Inglés o la enésima edición de los premios literarios de una caja de ahorros absorbida que llevan el nombre de Jaén como podrían llevar el de Fernando Poo, ni siquiera tres millones de luces led estratégicamente distribuidas por la galería comercial del casco urbano capitalino a horas vista de la apertura de la segunda fase del Jaén Plaza. Ni hablar del peluquín. La ilusión de la Navidad al niño desvalido, que nació en un pesebre, sólo podían traerla este año a Jaén los mismísimos Reyes Magos. En persona, en vivo y en directo. Ni más ni menos.
Y así fue, la sorpresa mejor guardada que se recuerde últimamente entre
la huestes del PSOE jaenita. Ni la mínima filtración previa, ni mijita
preliminar. La mancha de mora con otra verde (militar, por supuesto) se quita.
La afrenta Colce, infligida un año y diez meses antes a favor de la vecina
Córdoba, agravio agravado en grado sumo, pues, se salda ahora con el
advenimiento Cetedex. Un golpe de efecto supersónico y aeroespacial. El Centro
Tecnológico de Desarrollo y Experimentación, Cetedex, en adelante, será esa
ilusión, ese proyecto tractor tan largamente acariciado que marcará un antes y
un después en la interminable sucesión de afrentas y agravios de la
Administración del Estado con respecto a Jaén. Punto y aparte. Borrón y cuenta
nueva. Begin the beguine. Volver a empezar. El broche a un pre-puente
constitucional de buenas nuevas del presidente Pedro Sánchez Pérez-Castejón en
Andalucía, con acompañamiento -o no- institucional de la Junta, recurrente
fuente de polémica protocolaria entre administraciones, del plan para la
restauración del humedal de Doñana al proyecto Cepsa del valle andaluz del
hidrógeno verde en San Roque-Campo de Gibraltar, terminando el periplo en el
polígono Nuevo Jaén junto a su ministra de Defensa, Margarita Robles,
recién llegada de Odesa, Ucrania. Y sí, la cosa, aquí, en Jaén, de principio a
fin, irá de guerra, de defensa y seguridad territoriales, que es la guerra
moderna, a través de mecanismos antidron e inteligencia artificial. De hecho,
la iniciativa está promovida por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial,
Inta, organismo público de investigación dependiente del Ministerio de Defensa,
que dirige desde el pasado mes de mayo el teniente general Julio Ayuso.
Jaén reúne los requisitos: más de 300 hectáreas de terreno, cedido por el
Ayuntamiento y la Diputación, sin obstáculos físicos ni radiológicos, como
sucede en Villacarrillo con el centro de vuelos experimentales Atlas. Un erial,
en toda regla, donde se pueda ensayar sin interferencias. 220 millones de euros
de inversión inicial en seis años, provenientes de fondos europeos Next
Generation del presupuesto del Inta, para la construcción de tres edificios.
Dada su condición de proyecto tractor se presume que terminará siendo epicentro estatal de las políticas industriales estratégicas en materia de defensa antidron, vehículos controlados y centro de inteligencia artificial, atrayendo la implantación en el complejo jiennense de empresas privadas especializadas, como se puso de manifiesto el viernes con la presencia, entre otros, de los presidentes de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio, Tedae, Ricardo Martí Fluxá, y de la Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas, Aesmide, Gerardo Sánchez Revenga. Más experiencia, ambos, en la interlocución con Defensa que el palo de la bandera. Quedando claro y meridiano que el usufructuario mayor en el plano político, a seis meses de las elecciones municipales, es el alcalde-casero o alcalde-anfritrión, Julio Millán, los discursos más esperados y analizados partieron de los otros dos reyes magos. Paco Reyes recordó otro indeleble punto de inflexión germinal en su trayectoria política, siendo alcalde de Bedmar, 1994, la producción de los primeros espárragos blancos en su pueblo en pos de revertir la emigración temporera de mil quinientos paisanos, cada campaña del espárrago, hacia Navarra. El presidente de la Diputación puso énfasis en el mapa de centros tecnológicos distribuidos por la geografía provincial: Geolit-Mengíbar, Andaltec-Martos, Innovarcilla-Bailén, Cetemet-Linares y Atlas-Villacarrillo. Por su parte el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lección bien aprendida, empezó subrayando la persistencia de Julio Millán y Paco Reyes en el pago a Jaén, con hechos, no con más palabrería huera, de su deuda. "Jaén ha visto pasar de largo muchas oportunidades". "La mejor manera de garantizar la igualdad es dar oportunidades a todo el mundo". "Impugnar una falsa especialización que concentra recursos en unas zonas mientras otras se olvidan". "Romper inercias históricas de agravios injustificados". "¿Por qué no en Jaén? Un anhelo: convertir a Jaén en motor de investigación e innovación, apostando por sectores punteros en el ámbito tecnológico de la digitalización y el conocimiento, I + D + I, asociado a la UJA y la inteligencia artificial. Jóvenes formados en la UJA nutrirán el Cetedex". "Un salto hacia el futuro más brillante de Jaén".
No me llames iluso porque tenga una ilusión, cantaba Lichis a rebufo del triste cupón que guardaba en el chambergo junto al papel de fumar. El comienzo de la campaña de Navidad de Jaén, esta vez, no fue caña, libro o patín, sino ilusión, ilusión formada y uniformada, como la Patria y Dios mandan, carpa en el polígono Nuevo Jaén y carta de los Reyes Magos a Jaén, a seis meses de las elecciones municipales, sí, pero a seis años tan sólo del punto de partida de un proyecto tractor, con lo bien que suena siempre un tractor en Jaén, tierra de surcos de esperanza abiertos y aperos -en forma de sueños- de labranza.