El Expositor

Manuel Expósito

Los engullibles

En luto oficial todavía por la muerte de la soberana de Gibraltar, Jaén, como el resto de la Andalucía azulete de Juanma Moreno, se sumerge plenamente ...

 Los engullibles

Foto: EXTRA JAÉN

Juan Marín y Miguel Moreno.

En luto oficial todavía por la muerte de la soberana de Gibraltar, Jaén, como el resto de la Andalucía azulete de Juanma Moreno, se sumerge plenamente a partir de este lunes en la vuelta al cole, con casi mil cuatrocientos educandos menos en el segundo ciclo de Infantil, Primaria y Educación Especial que el curso pasado. Banderas, pues, a media asta. Esta Andalucía malagueñizada, secuela del ‘Verano azul’ de Chanquete y de la ‘Andalucía imparable’ del espeto malayo-marbellí, es una tierra, históricamente, abonada, y estercolada, para el arribismo más desacomplejado. Infinidad de contratistas y posibilistas, medradores y conseguidores, que hasta hace un lustro confesaban su afinidad a los gobernantes del PSOE-A, beben ahora los vientos del cambio de chaqueta. Tan comprensible, tan humano, que, en la más estricta intimidad, dan ganas de vomitar. Una evolución sociológica a la que no puede escapar Jaén, a ocho meses y medio vista de las próximas elecciones municipales. Es el gran drama del PSOE provinciano, palpitante hipótesis de trabajo, lo mismo que en 1995 o 2011: que los comicios locales lleguen antes de las elecciones generales y, atrapados en el hartazgo creciente de la mayoría social respecto a las presidencias de Felipe González, Rodríguez Zapatero o Pedro Sánchez, que paguen justos por pecadores. El miedo de los socialistas de Paco Reyes al vuelco en los pueblos, confirmado el 19-J, es la esperanza que anida fervorosamente, hoy, en el equipo de Érik Domínguez. La estrategia del presidente del PP de Jaén pasaba por completar la estructura de poder de la Junta en Jaén sin tener que echar mano de alcaldes y alcaldesas y, a la postre, así ha sido. Tal cual. Ni un regidor, ni un cabeza de cartel, camino de Sevilla o de las delegaciones territoriales. La prioridad sigue situándose en el asalto a la Diputación, y en pos de ese objetivo, el mando y la influencia de Érik se acrecientan. El alcalde de Bailén, Luis Mariano Camacho, Chiqui para los íntimos, coordinador general del partido, suple en la portavocía del grupo popular de Diputación a Miguel Contreras, flamante delegado de Fomento, y lo normal es que en el plano orgánico se repita el modelo de remiendo aplicado por Moreno Bonilla tras el nombramiento como consejera de la Junta de la secretaria general del PP-A, Loles López. Si Antonio Repullo es el nuevo jefe de oficina en la sede regional de San Fernando 39, ¿por qué no va a ocurrir tres cuartas partes de lo mismo con Chiqui en la jaenera San Clemente 15? Codo con codo, la complementariedad de Guarromán y Bailén, el eje de la reindustrialización de la A-4, la una, concentrando proyectos empresariales, y la otra, creciendo como ciudad-dormitorio de la primera. Y cada cual, esto es, arrimando el ascua a su sardina. La superconsejera Lina García completa su red periférica con un amalgama variopinto de delegados donde no sólo prima el perfil técnico-sanitario, sino el meramente político, como en los casos de Jaén, Elena González, y Córdoba, María Jesús Botella (la hermana de Ana, la cuñadísima, sí)

Antonio Sanz, consejero de la Presidencia, flanqueado por Jesús Estrella y Érik Domínguez, visitaba el sábado la feria septembrina de Andújar. Acababa de entregar en la capital  la Medalla de Oro al Mérito de Protección Civil a 33 Agrupaciones Locales del Voluntariado de Protección Civil de la provincia, “por su cooperación durante los momentos más complicados de la pandemia”. Esas huestes naranjas uniformadas en la epidermis jiennense, siempre fiel reflejo de la evolución sociológica de la provincia, bien merecían el reconocimiento institucional de una Junta pepera que aspira a convertirse en régimen perdurable, emulando a su antecesora, la sociata, y asimilar todo lo asimilable. Engullir todo lo sociológicamente engullible. Otros naranjitos muy populares, los de Ciudadanos, andan sumidos actualmente en similar experiencia existencial. Los más cercanos a Juan Marín están asumiendo, sin titubeos, cargos en el nuevo Gobierno de la Junta. Teresa Pardo, última portavoz parlamentaria de Cs en Las Cinco Llagas, y Francisco Javier Millán, la extensión de Juan Marín en el Ayuntamiento de Sevilla, ambos de la entera confianza del ex vicepresidente, son los nuevos delegados de Justicia de la Junta en Málaga y Sevilla respectivamente. Cuentan que Marta Bosquet y Julio Díaz, también del entorno inquebrantable de Marín, se integrarán en breve en el PP. Es más, el propio Juan Marín suena insistentemente como futuro gerente de la Empresa Pública para el Turismo y el Deporte de Andalucía, en cuyo equipo podría estar, entre otros, la jiennense Marian Adán. La ratificación en el cargo de la consejera de Empleo, Rocío Blanco, propuesta en 2019 por Cs, llevó aparejada la continuidad de buena parte de sus delegados territoriales, cual es el caso de Jaén y de Francisco Joaquín Martínez. Los alcaldes comprovincianos de Aldeaquemada y Cárcheles, Manuel Fernández y Enrique Puñal, uña y carne de Miguel Moreno, se van de Ciudadanos con sus equipos al completo. Aldeaquemada ya lo hizo, me confirman, y Cárcheles podría consumarlo hoy mismo. El alcalde de Porcuna, miembro de la gestora andaluza de Cs dirigida por el malagueño Andrés Reche, que sabe medir los tiempos como nadie, aguarda su momento. “¿Regresar al PP, Miguel? “. “No”, me responde categórico. En SomosCs, la plataforma que exige a Inés Arrimadas un congreso extraordinario urgente, a la que se apuntó de inmediato el portavoz liberal en la Diputación de Jaén, Ildefonso Ruiz, antagonista de Miguel Moreno, conforme los acontecimientos se precipitan, ven cada día más compleja la refundación. Engullir, tragar sin masticar, volver al redil, retornar a la casa común desde la casa de empeños, y multiplicarse por cero. Buen provecho.