Afortunadamente son muchos los asuntos de envergadura que estos días nos tienen ocupados en la provincia, cítese el comienzo de las obras del esperanzador Cetedex que supondrá la creación de 2600 empleos, la implantación de la inteligencia artificial y la tecnología en una provincia con arraigo agrícola. Cítese también la puesta en servicio del nuevo enlace de acceso a Baeza en la A32 y el funcionamiento en período de pruebas del tranvía de la capital jiennense, tras 13 años de espera. Y no menos importante, el dato de la bajada del paro provincial en noviembre en más de 2500 personas por la precampaña navideña y la recolección de la aceituna.
Bien, entre todas estas buenas nuevas, con millones de inversión y buenas cifras en empleo, este martes se ha celebrado el Día Internacional de las personas con Discapacidad como cada 3 de diciembre. Un día dedicado a promover los derechos y el bienestar de estas personas y visibilizar su situación.
A mí, personalmente, siempre me ha gustado más llamarle el Día de las Personas con capacidades diferentes. Un día en el que además de los actos de celebración por parte de centros que las atienden, asociaciones y diferentes colectivos, también los ha habido de reivindicación. Y es que ya se ha convertido tristemente en algo habitual ver cómo reclaman una inclusión real en nuestra sociedad.
En concreto, ayer desembocó en la sede de la Presidencia de la Junta una marcha multitudinaria para reclamar "una financiación justa", y es que probablemente este sector tan vulnerable haya sufrido en sus carnes la falta de recursos de una manera mucho más acusada. Denuncian que no pueden garantizar poder seguir prestando una atención adecuada a estas personas sin medios y hoy por hoy, sabemos que todas las familias nos vemos o veremos en estas situaciones difíciles, ya sea con personas dependientes o personas con capacidades diferentes.
No se puede por tanto, permitir el cierre o la falta de personal y recursos en los centros de atención, no se puede permitir dejar a estas personas atrás y debemos implicarnos de modo colectivo como sociedad para que esto no ocurra.
Ojalá la situación revierta y el Gobierno, quien tiene las competencias en materia económica y legislativa y la responsabilidad, mire de verdad hacia este sector de manera comprometida y real y atienda sus reivindicaciones con otro modelo de financiación. Sólo de esta manera podríamos hablar de un modelo realmente inclusivo.
Como decía al principio, entre buenas noticias, y con el progreso de una provincia que de verdad lo necesita no debemos perder la atención de los que, valga la redundancia, más nos necesitan. Y es que está claro que una sociedad avanza en la medida que lo hagamos todos juntos.