Andamos ya de vísperas electorales y siempre que se acerca cualquier "comicio", el partido que ustedes saben, que así se llama, nos agita uno de sus típicos espantajos sin pudor alguno y siempre que convenga a sus intereses electorales. LA LISTA MÁS VOTADA!!!.
Y llevamos una legislatura en Andalucía donde desapareció, de un día para otro, otro de los tótems de los augustos centristas: la coalición de perdedores. Todo en el beneficio político, el suyo.
Tímidamente esbozó Bonilla -Sobrecilla le llama un amigo mío- un intento de lista más votada hace unas fechas pero parece que pintan bastos para ganadores pírricos y ahora soplan vientos más sanchistas, como esos de repetir elecciones.
Aunque nadie me lo ha pedido, voy a darles mi opinión, seguramente les resbalará, pero que no sea por no intentarlo. Estoy absolutamente en contra del gobierno de las listas más votadas. No se alarmen, estoy totalmente en contra de que se legisle para eso y se obligue a eso. Me parece excelente que se acuerde, caso a caso, antes o después de las elecciones, pero de forma libre y voluntaria por los actores electorales. Es absolutamente democrático, impecable, que una vez desvelada en la urnas la voluntad de los votantes, sean sus legítimos representantes quienes decidan qué hacer.
Venirnos con milongas ventajistas de ahora la lista más votada (cuando curiosamente es la hiperconstitucionalista) o un acuerdo con la ultraderecha (escamoteando del debate la muy cansina coalición de perdedores) es más propio de partidos que miran su ombligo y solo tienen ansia de poder a cualquier precio e impropio del partido con amor a España y con sentido de estado, que así se llama.
Yo me veo más en la cuerda del maestro "gastronómico" Javier Krahe, cuyos argumentos me parecen indiscutiblemente más sólidos y que ya cantaba guitarra en mano y en voz bien clara (es un decir):
"En lo tocante a erecciones, la Jacinta en el pilón, matarilerilerón"
