Entre aquello de que ‘no existes si no sales en la foto’ y eso otro de que ‘una imagen vale más que mil palabras’ y, ante su incapacidad para trascender con propuestas o argumentos, los políticos han optado por ‘okupar’ las fotos.
Hace unos días el esperpento se vivía en el anuncio, a bombo y platillo que para esos las elecciones están a la vuelta de la esquina, de la reparación de una carretera en la provincia de Jaén. Dejando al margen que dar respuesta a los problemas de los ciudadanos es su obligación como responsables de un área de gobierno, sea la que sea y pertenezcan a un partido u otro, no es de recibo esa aparición masiva de políticos en las fotos de la prensa o en las imágenes de la televisión, que informativamente no aporta nada y causa espanto y vergüenza ajena a los cabales.
Hace unos meses fue en la entrega de unos premios en la Institución Ferial de Jaén (IFEJA), donde algunos galardonados eran desplazados por los políticos de turno a un segundo plano; de modo que era un ejercicio de agudeza visual distinguir en la imagen a los verdaderos protagonistas del acto.
Y quizás alguno piense en ese concejal del Ayuntamiento capitalino que se autorretrata en las redes sociales y no se pierde una foto con su futurible, pero que no pasará a los anales de la ciudad por una propuesta para el presente o el futuro de Jaén. Con eso se debe haber ‘ganado’ repetir en las listas, así que nos esperan otros cuatro años de pasarela de 'selfies'.
O quizás algún otro se acuerde de aquella delegada que se abría paso a codazos para hallar su lugar en la política, que probablemente desde su perspectiva era la primera fila de la foto. Curiosamente la retiró de escena una grabación de voz. Sería por aquello de la justicia poética del triunfo de la palabra sobre la imagen.
Seguro que a ustedes se les ocurrirán más ejemplos iguales o similares y seguro que les provocan el mismo bochorno. Pero no sean duros con los políticos, ya saben que a ellos sus asesores les dicen que sonrían y besen a los niños, al menos mientras haya una cámara y alguien para grabar o hacer la foto.
Piensen también en el papel de los medios de comunicación y de algunos periodistas. Piensen en lo fácil que es no difundir esa imagen de los políticos ‘okupas’ y pregúntense porqué esa complicidad de políticos y periodistas en la ‘okupación’, que deja en evidencia a unos y otros.
No sé ustedes, pero yo me apunto al ‘desahucio visual’.