Pasadas unas fechas del Día de la Mujer, es necesario realizar una reflexión sobre la situación de la mujer en la economía jiennense, su evolución y su futuro.
El 8 de marzo de 2023, no es, en mi opinión, una fecha para recordar, demasiadas cosas han empañado una fecha tan importante y reivindicativa.
Sobre todo ver como un gobierno de coalición de izquierdas, no ha sido capaz de ponerse de acuerdo en la Ley de Libertad Sexual, por todos conocida como la Ley del “sólo sí es sí”, y por una vez prima la razón de estado y sale adelante con el voto del Partido Popular, poniendo freno a las reducciones de pena y salidas de prisión de condenados por delitos de extrema gravedad contra las mujeres.
Muchos medios discuten las cifras de las manifestaciones con las ofrecidas desde las subdelegaciones del gobierno, pero todas las fuentes dejan claro que muchas mujeres y hombres no ha salido este año a la calle, y desde luego los motivos para salir siguen siendo los mismos o más. Quizás los partidos políticos deberían hacer examen de conciencia y pensar que están haciendo mal para que el desafecto de la política se traslade al Día de la Mujer.
¿Es que nadie quiere ver, o peor aún, a nadie le interesa, como ha afectado la mala cosecha de aceituna al empleo de las mujeres?. O a las contrataciones de la campañas de rebajas y turística.
Tampoco interesa el desagregado por provincias y sexo de las más de 450.000 personas fijas discontinuas, que se encuentran en situación de desempleo y en algunos casos cobrando diferentes ayudas, y que al no ser consideradas por el sistema estadístico, quedan fuera de posibles planes de empleo del estado.
Somos la provincia con mayor desigualdad, con más del doble de mujeres en situación de desempleo de todo el Estado. Y tristemente el problema de la incorporación al mercado laboral de la mujer en la provincia, pasa a ser un problema estructural. A modo de ejemplo, el sector del olivar se masculiniza cada día más, el número de mujeres en los tajos de aceituna es cada vez más escasa, en cooperativas y fábricas su desempeño lo encontramos en tareas administrativas, y tristemente a nivel gerencial y de órganos de decisión su presencia es anecdótica.
Las mujeres jiennenses están cada día mejor formadas, en nuestra universidad se gradúan más mujeres que hombres y cada día las vemos ocupando puestos en empresas de toda España, pero sus alternativas profesionales aquí son cada vez más escasas.
Y una última reflexión, mas allá de la frialdad de las cifras: los desempleados no son números, son personas, pero sobre todo, son mujeres.