14,4 kilómetros es lo que separa Europa de África, por lo menos geográficamente, porque esta distancia parece ser cada vez mayor tras un claro giro de guion en la actitud de los países africanos con Europa.
Y es que muchos países de este continente están estrechando lazos con Rusia, a cambio el Kremlin les ofrece armas, munición y protección a sus gobiernos autoritarios. Este país eslavo cumple 13 meses desde el inicio del conflicto bélico contra Ucrania, se ha convertido en el país más sancionado del mundo con 14.022 medidas restrictivas activas.
Pero estas sanciones se han transformado en un arma de doble filo - y aunque Rusia dependía fuertemente del sector agrícola europeo- también ha introducido sus limitaciones contra nuestro continente, vetando por ejemplo las exportaciones españolas de carnes, frutas y hortalizas intentando independizarse de la dependencia histórica que siempre tuvo en industria agrícola. Todo ello ha producido una caída brusca de la exportación española, que tan solo en leche, huevos y miel han caído un 48,4% y de aceites grasas entre ellos de aceite de oliva en un 33,4%. Un vacío de la exportación jienense que pretende llenar Sudán y la República Democrática del Congo que a cambio de munición quieren proveer a Rusia de fruta y hortaliza remplazando a los agricultores de nuestra provincia.
Del mismo modo Turquía, ha aumentado su producción de aceite de oliva y la venta en un 17 %, hasta las 285.000 toneladas y aumentando así su cuota de mercado en este país euro-asiático. Estas circunstancias nos muestran una vez más que la situación política mundial no solo ha revuelto al tablero global, sino que impacta directamente en nuestra provincia e influye en nuestro día a día.
