El consumo es una actividad esencial del ser humano que se articula en el seno de la sociedad y que permite el acopio de los recursos necesarios para nuestra existencia. En las sociedades construidas en torno a un ejercicio más o menos efectivo de la libertad, las decisiones acerca del consumo forman parte de la esfera personal y son tomadas según el libre albedrío individual dentro de las posibilidades de cada cual.
Estamos por tanto ante una actividad estratégica de consecuencias directas para cada uno, para la sociedad y para el entorno en el que vivimos.
El consumismo compulsivo y excesivo está detrás de buena parte de los impactos ambientales y el cambio climático, pero también en la raíz de muchas injusticias sociales y situaciones de discriminación y a nivel personal, la adquisición de bienes de consumo como objetivo vital es fuente permanente de frustraciones y sentimiento de desdicha.
Sin embargo, una actividad tan relevante como esta que dura toda la vida, no es objeto de formación específica y la mayor parte de las veces el único criterio para consumir es el impulso del deseo y el único filtro, el precio. Y hay aspectos muy importantes que deberíamos tener en cuenta a la hora de ejercitar el consumo.
Por ejemplo, saber reflexionar si realmente necesitamos consumir un objeto o servicio determinado, o por el contrario cómo seguir dándole vida y aprovechamiento a lo que ya tenemos. Cuales son las consecuencias ambientales y sociales de nuestro consumo, a quién beneficia o perjudica y qué impacto positivo o negativo tiene en nuestro barrio y ciudad o en el entorno.
Saber reconocer donde empieza el derroche para evitarlo, saber establecer criterios de compra a partir de las consecuencias, coste y características de la misma, conocer cómo ahorrar en el consumo de recursos. Aprender a valorar el comercio justo y sostenible y el auténtico consumo compartido y cooperativo.
También es necesario conocer las alternativas que tiene el consumo en la búsqueda de nuestra satisfacción personal, el papel primordial que desempeñan nuestra capacidades y valores en todo este proceso y la importancia de la vida interior para desincentivar el consumo superfluo.
Hay mucho que aprender en materia de consumo, un aprendizaje que dura toda la vida y sin embargo llama poderosamente la atención la ausencia de iniciativas de base amplia en este sentido. ¿Será que con la publicidad tenemos suficiente...para que se orienten nuestras decisiones hacia otros intereses?
Manuel Ruiz
Quien a buen árbol se arrimaEscuela de consumo
El consumo es una actividad esencial del ser humano que se articula en el seno de la sociedad y que permite el acopio de los recursos necesarios...