Hace unos días salía la noticia de que los responsables de la explotación ilegal de la cantera del cerro Fuente de la Peña van a sentarse en el banquillo, juzgados por la Audiencia de Jaén. Independientemente de la sentencia a la que se llegue, hay un mensaje positivo detrás de este anuncio y es que los delitos contra el medio ambiente no deben quedar impunes, no deben ser considerados un tipo de ilegalidad de baja intensidad por la cual mirar hacia otro lado.
Cuando cada vez con más frecuencia se cae en la tentación de minimizar la relevancia de la degradación ambiental en determinados discursos políticos, llegando al negacionismo del cambio climático y de otros graves problemas que ponen en jaque a la Naturaleza, estas noticias de justicia contra los delitos ambientales deberían aprovecharse para hacer pedagogía sobre por qué es necesario proteger el medio ambiente.
Es muy frecuente utilizar la pérdida de competitividad en la economía de mercado o la pérdida de puestos de trabajo como argumentos para contrarrestar la importancia de la conservación de la Naturaleza, y estas ideas calan fácilmente en la opinión pública.
Vivimos una época de hechos que nos demuestran lo fácil que se olvidan los motivos que hay detrás de cada conquista social o ambiental, quedando dichas conquistas injustificadas ante la opinión pública frente al más fuerte, al más rico o al más hábil, haciendo necesario volver a explicarlos.
Pensando sólo en el interés del ser humano, de forma egoísta y egocéntrica, la protección del medio ambiente es necesaria para garantizar que los recursos naturales estén disponibles para todos, en el momento actual y en el futuro, para evitar graves desequilibrios que dificultarían sobremanera un modo de vida digno, para combatir de manera efectiva las injusticias y desigualdades sociales.
Si levantamos un poco la mirada desde nuestro ombligo, la protección del medio ambiente es necesaria porque la Biosfera, con todos sus cientos de ecosistemas y millones de especies, no pertenece al ser humano, sino que en sí misma es objeto de derecho y en todo caso, nuestro modelo económico debería estructurarse sobre la base de las leyes que rigen en Gaia.
Seis puestos de trabajo mal pagados no pueden comprometer la existencia de una montaña y la respuesta a este dilema debería ser, no condenar al cerro mediante un chantaje como se quiso azuzar desde las redes sociales, sino promover los cambios profundos en nuestro modelo económico que lleven a la superación de estos dilemas en los que todos perdemos.
Manuel Ruiz
Quien a buen árbol se arrimaLa protección del medio ambiente
Hace unos días salía la noticia de que los responsables de la explotación ilegal de la cantera del cerro Fuente de la Peña van a sentarse en el banquillo...