A contracorriente

Alejandro Mas

¿Y si nadie quisiera ser alcalde?

Nos han preguntado por alcaldes y hemos declinado responder a dicha pregunta

El resultado de las elecciones del pasado domingo deja un panorama demasiado complejo en la ciudad de Jaén. Aunque los candidatos digan en la comparecencia postelectoral eso de: “he entendido el mensaje”, en realidad nunca está muy claro. Porque cada votante lo único que ha podido hacer es depositar un papelito, no un tratado político ni una lista de deseos, ni tampoco ha consensuado con los demás votantes un mismo mensaje.

Podemos entender lo que queramos, como siempre que se analiza un resultado electoral. El PSOE ha obtenido la mayoría de los sufragios. Podría significar obviamente que la ciudad elige a Julio Millán como alcalde. Pero el PP ha quedado sólo a 300 votos y ha subido bastante respecto a las anteriores municipales. Podría entenderse que es la fuerza política más determinante en este momento. Y, por último, Jaén Merece Más se estrena con fuerza en la representación institucional y podría inferirse que esta fuerza es la que ha de decidir finalmente quién y cómo ha de gobernar esta ciudad. Pero ¿y si se entiende de otra forma? ¿Y si el PSOE entiende que no tiene la fuerza suficiente para desarrollar su proyecto? ¿Y si el PP no está dispuesto a ser incoherente con el principio pregonado por su líder nacional de que gobierne la lista más votada? ¿Y si Jaén Merece Más entiende que ha sacado sólo tres concejales y ha de ejercer su labor política de forma acorde a su representación numérica?

Así las cosas, imagino fácilmente un universo en el que en Jaén nadie quiere ser alcalde. ¿Cómo se solucionaría esta situación tan inesperada como las elecciones generales convocadas sorpresivamente?

No es una experiencia inédita. Hay 43 municipios en España que no han tenido elecciones porque no había candidato. Todos ellos pequeños pueblos (la mayoría en el Pirineo navarro).

Pero ¿y si una vez que ha habido elecciones nadie presenta su candidatura en el pleno que ha de elegir al máximo regidor? ¿Es más, y si empiezan a dimitir concejales porque todos renuncian a ser elegibles? Dice el artículo 182 de la LOREG en su apartado 2º que podría ser concejal cualquier ciudadano mayor de edad y que formaría parte de una comisión gestora designada por la Diputación Provincial. O sea, cualquiera que acepte. ¿Pero y si nadie de entre nosotros, los habitantes censados de esta ciudad, aceptamos el encargo? Como dijo aquel político pacifista francés de principios del siglo XX: “¿Y si hay una guerra y no va nadie?”

De alguna manera estaríamos siendo coherentes con nuestra despreocupación por nuestros problemas locales y nuestra sobreexposición a mensajes de índole general.

Ahora que casi todo lo que vemos por las pantallas pertenece a una trama en serie de cualquier plataforma audiovisual, reconozcamos que la primera temporada de “Derogando a Sánchez” ha terminado en todo lo alto. Dicen los que saben de dramas y técnicas de guion que es un final “cliffhanger”, traducido como colgando del acantilado. Una pausa que nos deja en ascuas y con ansias de saber cómo acaba la historia, con el “prota” a punto de fenecer, pero con una inesperada y compleja oportunidad de salvarse que aparece en el último segundo.



Desgraciadamente la trama principal ha eclipsado otra que nos afectaba más directamente a los ciudadanos, los gobiernos locales. La valoración del trabajo realizado por regidores municipales, la percepción de la bondad de los proyectos con los que conquistar al electorado por parte de los candidatos, todo ello ha quedado en segundo plano, lejano y borroso. La campaña se fue por el derrotero del plebiscito, de valorar al presidente del gobierno de España, y particularmente sus pactos políticos más que sus obras, de las que pocos análisis se han hecho en profundidad. Alcaldes y alcaldesas, candidatos y candidatas locales, han asistido a un partido en el que no han jugado pero que les ha marcado la vida y marcará la de sus vecinos en los próximos años.

No me cabe duda de que el planteamiento de estas elecciones municipales, la forma de debatir y la selección de los temas debatidos han sido contraproducentes para los ciudadanos, para la solución a los problemas más cercanos o para la gestión de los proyectos que pueden cambiar su ámbito más próximo. Los ciudadanos han decidido dejarse llevar en su gran mayoría por una elección que no se planteaba en esta cita con las urnas. Y aquí no hay ganador. Los nuevos alcaldes (en su mayoría del PP) han sido elegidos como efecto secundario, no como razón principal para un cambio que quisieran sus vecinos. De la misma forma, muchos alcaldes que han mantenido la posición (en su mayoría del PSOE) han recibido un apoyo vicario, posiblemente ciego ante sus aciertos o errores.

Soy un defensor acérrimo de la democracia y por ello soy muy consciente de sus fallos y su vulnerabilidad. De que es un sistema imperfecto, cuyo principal enemigo es el pueblo al que intenta proteger con las garantías que la misma democracia impone contra la tiranía. El votante no es infalible, se equivoca muchas veces, tantas como acierta. Por eso la democracia se corrige a sí misma en una convocatoria electoral tras otra. Lo determinante para preservar las mejores propiedades de la democracia no es el sentido del voto, acertado o no según quien lo analice, sino la motivación de ese voto, que es lo que hará que una decisión democrática sea acertada o no, objetivamente. Se puede votar SÍ al BREXIT y acertar, siempre y cuando los motivos del voto afirmativo sean legítimos, verdaderos y razonables. Si la motivación del voto es una campaña de mentiras, de ocultación de los efectos nocivos que tiene aprobar tal medida, la democracia habrá fracasado, por mucha participación electoral que se haya producido. Contestar a la pregunta que te están haciendo y no a otra es, además, signo de inteligencia y educación.

Así que es pertinente imaginar que, ya que nos han preguntado por alcaldes y hemos declinado responder a dicha pregunta, también podríamos todos dimitir de ser regidores y a ver qué nos trae la próxima temporada de esta serie de suspense.