El entonces director de ABC, Luis María Ansón reconocía sin despeinarse democráticamente, en la entrevista concedida a El País el 16 de febrero de 1998, la existencia de un complot para derribar a Felipe González de poder, tras trece años como Presidente del Gobierno. (1982/1996). Lo hacía a los dos años de gobierno del PP, y una vez neutralizado Felipe en el PSOE. El servicio útil a los poderes económicos había terminado. No estaba sólo Ansón. Pedro J. Ramírez, (El Mundo) Antonio Herrero, Manuel Martín Ferrand, (Antena 3), Pablo Sebastián (El Independiente) entre otros, además del apoyo de importantes fuerzas financieras. “Acabar con González y permitir la alternancia política” “Para terminar con González se rozó la estabilidad del Estado”. Todo por el bien de su patria, que como el patio de mi casa, es particular. Joaquín Almunia los denominó “golpismo de salón”. La vieja utilización del ataque “ad hominen”, tan antiguo como execrable, fue “el felipismo”. Esto les debe de ir sonando, porque andamos en otros tiempos repitiendo las mismas tácticas. No hace mucho la septuagenaria Esperanza Aguirre declaraba que para expulsar a Pedro Sánchez de la Moncloa había que hacer “lo que sea”, y lo están haciendo. Los mismos grupos mediáticos apoyados por fuerzas financieras y empresariales a los que las reformas en materia fiscal y laboral les supone un recorte en sus millonarios beneficios, envueltos en una política ajena a colaborar con el desarrollo de España en la que el conjunto social tiene el derecho a vivir con menos desigualdad. Una brecha que ha sido reducida con respecto a la media europea mediante el justo incremento de las pensiones, del salario mínimo, de la reforma laboral. No pueden tolerar que las distancias de los desiguales se acorten y para eso se alían con la involución. Del váyase señor González a la derogación del sanchismo, pasando por la ya puesta en marcha de la Gestapo cultural, que nos retrotrae a los tiempos más oscuros de la dictadura. El día 23 es para pensárselo bien y dejarnos de frivolidades y mentiras, pero lo que sea, no.
Juan Manuel Arévalo Badía
Detrás de la columnaLo que sea
Del váyase señor González a la derogación del sanchismo, pasando por la ya puesta en marcha de la Gestapo cultural