Entre olivos, aceitunas y aceite

Juan Vilar

El 10% de la población mundial pasa hambre

Para alimentar a la casi totalidad de la población actual, 8 mil millones personas, es necesario que se generen por ejercicio, del orden de 11 mil millones...

 El 10% de la población mundial pasa hambre

Foto: EXTRA JAÉN

El 10% de la población mundial pasa hambre.

Para alimentar a la casi totalidad de la población actual, 8 mil millones personas, es necesario que se generen por ejercicio, del orden de 11 mil millones de toneladas de alimentos, que suponen aproximadamente unos 4 billones de euros de volumen de negocio.

Todo ello es posible gracias a que la tierra cultivable destinada a agricultura supone 1.680 millones de hectáreas, siendo el 80 por ciento de secano y el restante 20 por ciento de regadío, y produciendo respectivamente el 60, y 20 por ciento del total de outputs. No resulta sencillo incrementar la superficie de regadío actual, debido a que el 80 por ciento del agua dulce accesible en el planeta se destina a la agricultura, y el 40 por ciento se trata de agua subterránea, por lo tanto se conseguirá más eficiencia mediante optimización en el uso del agua, pues se trata de un bien limitado y escaso.

En la actualidad la participación de cada ciudadano del planeta en la superficie de tierra cultivable es de 0,21 hectáreas, mientras que en 2.100 será de 0,14.

Por lo tanto, se da la situación de que en el futuro el número de personas será mayor en un, casi 38 por ciento, mientras que la participación de la tierra cultivable por persona caerá un 39 por ciento, es decir, seremos más, para alimentarnos con menos recursos, de hecho, se prevé que para poder alimentar al total de habitantes del planeta, resulten necesarios para 2.100 algo más de 10 mil millones de toneladas de alimentos adicionales, por lo tanto, se debería de incrementar la producción agraria total, casi un 100 por cien para alimentar a todos los habitantes del planeta en 2100.

De hecho en la actualidad no está plenamente resuelto el potencial problema del suministro de alimentos para todos los ciudadanos del planeta, es decir, el número de personas que padecen hambre en el mundo alcanzó los 828 millones de personas en 2021, lo que supone un aumento de unos 46 millones desde 2020, y 150 millones más que en 2019, suponiendo el 10 por ciento, y habiendo crecido en dos años un 2 por ciento. Por lo tanto, no habrá que esperar hasta 2.100 para que exista desabastecimiento alimentario en el mundo.

Menos dramático, pero igualmente preocupante, alrededor de 2.300 millones de personas en el mundo (29,3 por ciento) se encontraban en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave en 2021.

Con respecto a la distribución actual de la población activa, de los casi 3,5 mil millones de personas que trabajan, el 25 por ciento está dedicado a la agricultura, 24 por ciento a industria, y el restante 51 por ciento al sector servicios, pero para entonces, para 2100, se espera que para la agricultura no se destine ni tan siquiera el 15 por ciento del total de población activa, mientras que el sector servicios se verá favorecido con un ascenso que lo llevará al 60 por ciento, la industria seguirá en el orden del 25 por ciento, en Europa a la agricultura se dedicará tan solo el 2,5 por ciento de la población.

Dicho contexto, en el cual el 80 por ciento de la tierra es de secano, y produce el 60 por ciento de los outputs, mientras que el 20 por ciento es de regadío, produciendo el 40 por ciento de los bienes agrarios, y que respectivamente son 6.600 millones y 4.400 millones de toneladas de alimentos, requiere que tal producción se multiplique por dos durante los próximos 70 años.

No obstante, ante tal situación la agricultura está ante un reto de ser sostenible, el doble de eficiente y productiva, y mucho más rentable, lo que crea una disyuntiva entre la agricultura intensiva, aquella cuyo objetivo es la maximización de la producción, y la diferenciada, singularizando la producción por la limitación de recursos, y tratando de, mediante captación de las preferencias del consumidor, conseguir obtener una mejora en la remuneración de sus outputs, por especialización biodinámica, biorregenerativa, ecológica, heroica, ecológica, etc.

A tal fin cabría, del mismo modo, segmentar la población mundial en función de las dos iniciativas disponibles descritas, teniendo en cuenta que el 10 por ciento de los humanos, ya pasa hambre, ponemos de manifiesto, que tan solo el 2,6 por ciento de la población es rica, el 46 por ciento de la población ostenta una renta neta media, el 42 por ciento de los habitantes de la tierra son pobres, y casi el 10 por ciento de la población, el 9,4, resultan ser muy pobres, en otras palabras, el 10 por ciento de la población acumula el 76 por ciento de la riqueza global (de estos el 1 por ciento sobre el total, ostenta el 40 por ciento), mientras que la mitad más pobre de la población sólo posee el 2 por ciento. Si se traduce esto a renta real, más del 30 por ciento de la población mundial tiene una renta bruta inferior a los 4 mil euros.

Como conclusión, y a tenor de los datos, en un entorno actual en el cual el 10 por ciento de la población pasa hambre, existe una necesidad futura, para 2100 de incremento de provisión de alimentos procedentes de la agricultura que suponen más de 10 mil millones de toneladas, estás pueden ser satisfechas mediante agricultura eficiente (20 por ciento), o diferenciada (80 por ciento), con una población en la cual más el 50 por ciento, ostenta ingresos brutos inferiores a los 12 mil euros por ejercicio, y tan solo un 15 por ciento de la población activa trabajando en el campo para entonces, (en Europa menos del 2,5), a partir de aquí, que cada uno seleccione, y escoja su estrategia, teniendo en cuenta las limitaciones climatológicas, geográficas, edafológicas, orográficas y de dimensión; aunque en definitiva, ambas resultan estricta y vitalmente necesarias.