Eventos consuetudinarios

Pepe Fernández

Juanma repartiendo "mimos" por Bruselas

No se recuerda una etapa de calma chicha entre partidos e instituciones como la actual en el escenario político andaluz. Habría que remontarse muchas décadas...

 Juanma repartiendo "mimos" por Bruselas

Foto: JUNTA DE ANDALUCÍA

Juanma Moreno.

No se recuerda una etapa de calma chicha entre partidos e instituciones como la actual en el escenario político andaluz. Habría que remontarse muchas décadas atrás, en los ochenta, para encontrar un clima de cierta quietud política partidista como la actual, entonces frente al centralismo de la UCD en los 80, mientras aquí Clavero y los suyos fueron partícipes de aquella unidad por el artículo 151 de la Constitución.

Una quietud, la actual, donde incluso parece que queda relegado el insulto, las malas formas, el golpe bajo o la falta de respeto al adversario, algo que doña Macarena Olona parece que se llevó en junio para Madrid. Manuel Gavira, portavoz de Vox, que debe de estar avergonzado tras el esperpento Olona, no está siendo un tipo estridente como el de Valladolid y bien podría pasar por ser un diputado más del PP. 

El PSOE sigue de perfil bajo. Las tímidas  y anónimas voces internas que pedían más a los perdedores, han sido acalladas por el aparato de Juan Espadas. A su máximo dirigente, no obstante, no se le escapa un pésame o una felicitación a personas relevantes a través de la rrss, lo que demuestra que tiene un CM que no se le escapa un bien queda.

A la izquierda del PSOE,  encontramos esa amalgama que ni dios sabe quiénes son ni a quiénes representan; están como desaparecidos. No existen, solo el realismo con brillantez puntual de su portavoz parlamentaria Inma Nieto, el único eslabón parlamentario que queda con Adn de “el partido” o sea el PC.

Un discreto silencio

Los medios en general han optado por la vía cómoda y más rentable de no meterse en determinada política, especialmente la RTVA. Hacen un producto que lo mismo sirve para informar a un ciudadano de Motril que a uno de Baracaldo. Una tele generalista más compitiendo con las privadas, incluso compartiendo sus figuras. Este es quizás el caro pecado original de la tele pública andaluza cometido por el PSOE durante décadas, que les benefició y del que se estarán arrepintiendo desde hace cuatro años. El drama de Canal Sur TV es que, tanto socialistas como populares, la emplean no como servicio público esencial, sino como un canal de TV propio, de partido, donde promocionarse con descaro o arremeter contra el adversario que le toque estar en Moncloa. Lo hizo el PSOE desde Canal Sur TV con los gobiernos de Aznar y Rajoy, lo mismo que hoy hace el PP con Pedro Sánchez. Un telespectador andaluz está mejor informado de las cuitas de Isabel Díaz Ayuso en Madrid que de los problemas  reales del día a día de gaditanos, jienenses, onubenses o almerienses…, por citar a los andaluces que menos aparecen.

San Telmo, “La Corte chica”

El día que la derecha beatifique a Juanma - están en ello- podrán argumentar en su alegato de defensa que ha convertido San Telmo en Versalles. Solo hay que ver algunos perfiles en las redes de algunos moradores/as de San Telmo para darse cuenta de lo bonito que es todo y lo felices que son los que trabajan por Andalucía desde el palacio. Allí triunfa el poder de la sonrisa, del abrazo, de esa campechanía que tanto rédito le dio al Borbón, se ha apoderado del relato oficial de esta nueva Andalucía que Bonilla asegura que ha cambiado gracias a su reinado. Porque los andaluces, tras cuatro décadas de autonomía con socialistas al frente, con una derecha que ahora se sale en las urnas, tenemos un presidente con tics descarados de aspirante a monarca. Recuerden, lo primero que hizo Juanma fue encargar su 'escudo de armas' cuyo resultado final fue el escudo oficial de Andalucía tuneado con laureles y corona. Qué fue sino su toma de posesión ante el palacio de San Telmo (la 'Corte chica', la llamaba Isabel II) que desde 1850 fue morada del conspirador Duque de Montpansier. “La Corte chica”, un ambiente de influencias y tramas que, salvando calendario y distancias, parece que vuelve a recobrar este histórico enclave, sede de la Presidencia de la Junta y todo gracias a Juanma Moreno Bonilla, estrella rutilante del nuevo PP de Alberto Nuñez Feijóo. El confesionario de Moreno Bonilla cotiza a la alza en la actualidad, casi lo mismo que el de Susana cuando recibía a los banqueros Emilio Botín e Isidre Fainé o a cualquier bicho viviente del selecto Ibex35.

Repartiendo mimitos en Bruselas

Esta semana el presidente andaluz parece que ha enfilado la recta final de su agenda fuera de San Telmo, diseñada en pleno verano para la rentrée presidencial. Los andaluces tras el 19J se fueron de vacaciones (los que pudieron) y se relajó el ambiente político tan tensionado hasta el mismo día de la votación. La histórica mayoría absoluta lograda por Juanma Moreno al frente del PP-Andalucía creyeron sus asesores que merecía emplearla como base del lanzamiento de una nueva figura de la política española sin grandes esfuerzos por lo demás, gracias sobre todo a una respetable mayoría absoluta obtenida. Y por lo que se aprecia el objetivo está más que alcanzado. Hoy Juanma Moreno empieza a parecernos el segundo referente de la derecha en España, tras su amigo Feijóo. Sus opiniones empiezan a no pasar desapercibidas en el Foro. Así es la política.

Europa, Bruselas, ha sido la guinda a una serie de actos políticos promocionales del presidente que arrancó en Madrid anunciando la eliminación del Impuesto de Patrimonio a los andaluces.

Y el gobernante español que ha sido pionero a la hora de bajar impuestos a sus paisanos, 'contaminando' de paso al resto de autonomías españolas que harán lo propio, se planta en Bruselas a pedirles que se cambien los proyectos y se apueste por inversiones europeas para resolver el grave problema de agua en Andalucía, frente a una sequía que el cambio climático parece que está acelerando de forma preocupante.  (Esta vez Bonilla fue cauto y no mencionó la importancia también del riego de los campos de golf). Salvo expresar los deseos del presidente llevados a Europa, aderezado con exquisito lenguaje casi diplomático, poco parece que se ha traído Moreno de su tour europeo en la cartera de realidades a corto, medio e incluso largo plazo. La verdad es que tampoco le llegamos a auditar a Susana Díaz sus paseos promocionales similares por la capital europea, especialmente llamativos y ruidosos cuando se postulaba para dirigir el PSOE frente a Pedro Sánchez.  En realidad Susana hizo lo mismo que ahora ha hecho el presidente andaluz, criticar a Sánchez - entonces en la oposición- porque no reparte los fondos europeos con otro criterio. Por cierto, a Andalucía se le han asignado 1.916 millones. 

Cómo habrá sido el balance de lo logrado por Moreno en el corazón de la U.E. que ha acabado confesando ante los medios que a Bruselas no siempre hay que ir a pedir, también hay que ir a “mimar”, algo que confiesa que ha hecho en este viaje, prometiendo que volverá las veces que hagan falta para lograr sus objetivos en favor de los intereses de Andalucía.

 Y los problemas, ¿cuándo se resuelven?

A dos meses de cumplir sus primeros cuatro años ocupando la presidencia de la Junta, la velocidad de crucero alcanzada por Moreno está siendo quizás pelín elevada. Gracias a ese impulso está donde hoy está y con los resultados obtenidos, aunque también el presidente debiera tener presente que se puede llegar a morir de éxito.  Si Juanma Moreno cree que con tanta exposición pública propagandística, sin que los problemas reales se aborden, se puede mantener la salud electoral del PP andaluz hasta final de legislatura, puede que se esté equivocando.

El problema que puede tener tanto autobombo es que, en paralelo, los servicios públicos no mejoran sino que empeoran o se recortan hasta en los más nimios detalles. Este gobierno, que tan beligerante se ha mostrado con las normas sanitarias del ministerio en pandemia, hoy sigue manteniendo los servicios al ralentí condicionado por esas normas que no se cancelan aunque ya no sirvan para nada, totalmente contradictorias con la vida de la calle. La excepcionalidad vivida durante dos largos años parece que justifica mantener a medio gas los servicios públicos, léase ventanillas, citas previas y un largo etcétera.

Especialmente grave es la situación en la Sanidad que, pese a los millones de más invertidos aparte del presupuesto autonómico, aportados por Europa y el Estado, no acaban de verse más que edificios sanitarios nuevos o remozados, alguno reinaugurado varias veces, pero sin personal y sin servicios. Que para una renovación de recetas -telefónica- se esté esperando dos semanas es un indicador de que las cosas para el usuario de la sanidad no solo no han mejorado, más bien han empeorado. Pero hay ejemplos más urgentes,  80.000 granadinos están a la espera de ser atendidos por un especialista. También en Granada, 20.000 están en lista de espera para ser intervenidos quirúrgicamente. En Málaga el volumen de pacientes en lista de espera es de 215.703, de los que 105.502 solicitaron una primera consulta hace ya más de un año. Según un informe del Ministerio de Sanidad, el 10,6% de los andaluces que aguarda una cita con el médico es la mayor proporción de España.

El Sindicato Médico denunciaba en la Ser el 18 de septiembre: "Desde el mes de junio se han detenido todos los conciertos, se ha paralizado la actividad quirúrgica extraordinaria y esto está provocando un aumento importante de las listas de espera que tiene muy preocupados a todos los servicios quirúrgicos del SAS"

Ese es, no nos engañemos, el gran riesgo al que se enfrenta un presidente que, por lo que va proclamando a quien le quiera escuchar, se cree que gobierna el 'Reino de las Maravillas’. Por mucho que sesudos analistas del periodismo de perol se deshagan en elogios y justificaciones a una gestión del gobierno del PP andaluz, es el ciudadano el que al final determinará dónde empieza la verdad y dónde la mentira de tanta propaganda. Otra cosa será si eso repercute en el sentido de su voto o no.

La orgullosa Sevilla

Por cierto, se ha levantando gran revuelo en Sevilla  por algo que puede parecer una tontería. Que el vuelo directo con NY se va para la capital de la Costa del Sol, Málaga, una opción que no parece mala. Coincidiendo con esta polémica doméstica, por vez primera en mucho tiempo vuelven a escucharse frases que reivindican al gobierno del PP el mismo trato inversor para Sevilla que para Málaga.

Ni más, ni menos que nadie, fue un lema del 28F que puede hacerse extensible a la hora de buscar el equilibrio inversor en todos los territorios andaluces con mayor justicia distributiva. Mal asunto, electoralmente hablando, si se acaba sintiendo ninguneada la muy orgullosa ciudad de Sevilla. Si Moreno cree que quitando de presidenta del PP a Virginia Pérez ya ha conquistado Sevilla puede que se esté equivocando. Algunos discursos para la próxima primavera electoral no descartan que el agravio comparativo - auditado y con cifras reales- vuelva a enfrentar modelos de gestión política y, de paso, a ciudades y provincias hermanas.

Además del trasfondo económico que subyace en todos estos debates, no debemos olvidar la imagen y la comunicación, en este caso el papel que Canal Sur desarrolla con éxito desde que gobierna el PP: malagueñizar Andalucía.  Pero esa es otra historia, ligeramente parecida a cuando los socialistas  pretendieron sevillanizar Andalucía.