¡Esta Navidad siente un tertuliano a su mesa! ¡Los tenemos de todas marcas y colores! De derechas, izquierdas, leninistas, carlistas,…¡Nada mejor para animar una aburrida cena de empresa o una nochebuena que se antoja deslucida. Además lo suyo es comprar un pack. Uno del P.P. y otro del P.S.O.E. En su propia mesa se interrumpirán, se faltarán el respeto, se gritarán y con suerte se entablará una batalla de gambas entre ambas lumbreras. Por supuesto no dirán nada sustancial pero recitarán sus mantras, sus “grestest hits” por los que son conocidos y amados , esas retahílas de banalidades por mil veces repetidas, terminadas con una pausa solemne esperando el aplauso de un público alquilado por horas. Aún quedan existencias. Tenemos una maquina de clonación de tertulianos si no ¿cómo se explicaría que estén todos a la vez en todas las tertulias soltando lo mismo? Sólo Dios tiene el don de la ubicuidad. ¿Quiere un casposo director de un periódico monárquico? Sin problema. ¿Una periodista escorada a la izquierda que no se entera de que Pedro Sánchez se alía con la más rancia derecha catalana y un partido que acoge los rescoldos de E.T.A.? También de eso gastamos. Dispongan la mesa de nochebuena en dos bandos antagónicos y jaleen siempre a su abanderado, su líder, su profeta pues sí él lo dice tiene razón y todo análisis es innecesario. Y que no termine la fiesta sin escuchar: fascismo, comunismo, gobierno terrorista, pues anda que tú, socialismo free, Franco, Franco, Franco y volquete de putas.
Felices navidades crispadas.