La chapa

Carlos Oya

El payaso de las bofetadas

¿Ahora nos damos cuenta que el Planeta es marketing?

A alguien le tenía que caer y le ha tenido que caer a Juan del Val. Este señor ni me cae bien, ni mal, ni regular. No veo ni hormigueros ni revueltos. La verdad es que de la tele convencional sólo veo el canal 24 horas, documentales y  a veces “Saber y ganar” con Jordi Hurtado, “el  último templario”. Pero sí que probablemente haya oído  hablar de él muchos años antes que ustedes pues cuando en la veintena pululaba la pandilla por las ferias de Villanueva del Arzobispo bebiéndose el agua de los maceteros nos llegó a los oídos que el novio de Nuria Roca (de la que estábamos todos enamorados) era de un pueblo cercano (Sorihuela) . Al final nació en Madrid e iba allí a pasar los veranos  pues seguramente sus antecesores debieron de emigrar.

Pero nos desviamos del tema.  Imaginemos que usted va a un puesto de kebab de barrio  y cuando le dan el kebab usted se ofende  porque eso chorrea, está todo junto, se desparrama, la carne no tiene denominación de origen y qué es ese menhir marrón que da vueltas. Pues el premio Planeta es la tienda de kebab y los que se rasgan las vestiduras son los que reciben el kebab esperando una “propuesta  “(ya odio esta palabra, sirve para todo…propuesta cinematográfica, propuesta política, propuesta de dejar de decir propuesta…)  de cuarto y medio de estrella Michelin. Señora, ¿no ve el letrero? , ¿qué pone?: Premios Planeta. Aquí sólo tenemos Premios Planeta.  ¿Ahora nos damos cuenta que el Planeta es marketing?, ¿que se entrega a famosos? ¿Que Planeta es el máximo accionista de Antena 3 en la que, casualidad de casualidades, participa el novísimo premiado en su programa de máxima audiencia? No, en serio… ¿a qué viene este linchamiento?  Repasemos algunos de los premiados y finalistas de los últimos años: Sonsoles Ónega, Sandra Barneda, Boris Izaguirre, Pilar Eyre…Pero no, mesémonos las barbas y pongamos el grito en el cielo que le han dado el premio a Juan del Val porque…sale por la tele.



Es cierto que  raras veces, quizá por el paso de un cometa, el jurado se ve enajenado, habla en distintas lenguas con una llama sobre su cabeza  y termina galardonando una obra de calidad como “El jinete polaco” o “En busca del unicornio”. En el resto abunda la mediocridad y obras menores de grandes autores (Vargas Llosa, Benet, Marsé…). En todo caso “si los niños quieren camelar que camelen”. Esto es un país libre y además, aquí, entre nosotros…un Premio Planeta vende pero… ¿quién lee un Premio Planeta?