La tirilla

Santiago Donaire

Zona azul, Libertad y Salud

No soy integrista contra los coches, lo que Esperanza Aguirre definió como cochófobos, pero si lo soy en la defensa de la salud

En el último pleno municipal asistimos a la aprobación de la ampliación de la zona Azul de la ciudad, votaron a favor PP y el equipo de gobierno (Psoe y JM+), 25 de 27, esto debería significar que el consenso también está en la calle y me temo que no del todo, solo hay que leer los numerosos comentarios en redes sociales y afinar el oído para escuchar a los cuñaos de turno, esta vez expertos en movilidad. Está claro, falta divulgar las ventajas de la zona azul, de la movilidad sostenible.

Lo primero que tenemos que asumir es lo dañino que para nuestra salud son los gases de los vehículos, sobre todo de los motores diésel en ambientes urbanos donde son más difícil de diluir, está aceptado por los organismos internacionales de salud su influencia en problemas respiratorios, cardiovasculares y diferentes tipos de cáncer. Es un mal que no se ve y que actúa poco a poco y que debemos reducir. La zona azul contribuye a reducir los riesgos.



En primer lugar, hemos de indicar que debe quedar garantizado y así queda, que los residentes podrán usar las plazas mediante bonos. El uso racional, 2 horas máximo, garantiza la precisa rotación tan útil para el comercio y la hostelería, pero ya está, no es un aparcamiento de larga duración para los no residentes. Las utilizaciones de la zona azul junto con la puesta en funcionamiento de la Zona de Baja Emisiones –ZBE- sin duda contribuirán a fomentar el uso del transporte público y el que en Jaén es el principal medio de desplazamiento como es el peatonal, toda una fortaleza la que tenemos por este hábito tan saludable.

Lo que no termino de estar de acuerdo es en la tarifa de la zona azul, sigue siendo muy baja, de las más bajas de España. No es una tarifa recaudatoria es disuasoria, de forma que con ella se incentive el uso del transporte público, los desplazamientos peatonales, la utilización de los aparcamientos públicos y solo en los casos que precisemos aparcar lo más próximo posible sea la alternativa, así está en la mayoría de las ciudades donde la tarifa se acerca o incluso supera a la del parking. El que sea tan baja, hasta ahora 1,05 por 2 horas hace que los que buscan plaza den vueltas y vueltas (tráfico de agitación) hasta encontrar una libre, contribuyendo así al aumento del tráfico, todo lo contrario de lo pretendido.

No soy integrista contra los coches, lo que Esperanza Aguirre definió como cochófobos, pero si lo soy en la defensa de la salud y el bienestar de los vecinos y vecinas de la ciudad, así como de la actividad comercial dentro de la ciudad. Como muestra de ello traslado mi apoyo a una línea de autobús urbano, microbús eléctrico que vaya desde La Glorieta a conectar con el tranvía en Roldan y Marín, ninguna objeción por que pase por Carrera de Jesus, plaza de Santa María, Carrera y Virgen de la Capilla tal como hacen taxis, repartidores, coches de servicios y usuarios de aparcamientos privados. Con ello quitamos vehículos privados y fomentamos que los vecinos del sur compren en el centro de la ciudad y en el Mercado de San Francisco.

A los que están en contra de la regulación del uso del automóvil, dicen que atenta contra la libertad entendida como aparcar donde les venga en gana, beber mientras se conduce, conducir por todos los sitios, a cualquier velocidad… Sin duda me quedo con la salud de los vecinos.

Salud.