Tristeza, indignación y vergüenza han sido cuando menos los sentimientos que me acompañan desde que conocimos el informe de la UCO con Santos Cerdá como protagonista. La corrupción venga de donde venga es un atentado contra la democracia, alimento de la anti política y la del “todos son iguales”. Cuando los ladrones salen desde los tuyos, de tu casa, es doblemente doloroso, más imperdonable. Oír como mercadeaban con mujeres estos puteros es la antítesis de tantos años de lucha por la igualdad y el feminismo, son escoria. Nos presentamos como adalid de la limpieza, de los bolsillos de cristal y nos salen estos canallas.
Hay quien solo se indigna ante la corrupción cuando viene desde organizaciones diferentes a las suyas, sin ir más lejos al Emérito que es rey de ladrones y puteros le aplauden, a la que vive en un ático comprado por un defraudador confeso la vitorean y es que si estás contra la corrupción estás contra todos los corruptos y más si son de los tuyos. Por mucho que lo escenifiquen carecen de credibilidad, no es la corrupción lo que persiguen, son las políticas progresistas con las que quieren acabar.
Con la corrupción le abrimos la puerta a la derecha a la que no tiene más programa que desmontar los servicios y derechos sociales que tanto trabajo nos costó construir, no se le conoce otro. Ser de izquierdas no es una etiqueta. Es creer que todo el mundo tiene derecho al trabajo y a la vivienda, que la sanidad no debe ser un privilegio, sino un derecho. Que la educación debe ser pública, libre y de calidad para todas las personas. Que los recursos del planeta no son infinitos y hay que preservarlos, que la igualdad no es negociable, somos feministas. Nos quieren callados, avergonzados, divididos, pero no lo conseguirán. No lo dudéis estamos en un mal momento, pero nos levantaremos, no vamos a renunciar a nuestros principios ni a nuestras políticas, metan en la cárcel a los chorizos, oblíguenle a devolver lo robado, pero no renunciemos a las políticas sociales que hizo alcanzar a la gente de este país las mayores cotas de bienestar.
Hay que convertir esta vergüenza en acción política, el gobierno más progresista de Europa no puede arrojar la toalla por muy grave que sea lo de estos 3 ladrones y puteros, para ello hay que dar dos respuestas: Una dentro del PSOE de regeneración, de tolerancia cero contra la corrupción, contra el machismo y otra la de justificar la utilidad social del Gobierno. No se trata de salvar a Pedro Sánchez o al PSOE se trata de salvar el progreso y la diversidad frente al retroceso y la uniformidad. Hay que reforzar los avances frente al Trumpismo para ello el Gobierno debe impulsar la agenda progresista, la agenda social, la ecología, el feminismo, la vivienda, acabar con las cloacas, implantar la reforma de la judicatura, no tolerar los abusos de las grandes corporaciones. Pedro no te rindas, por todos y todas, agota la legislatura.
Salud.