La tirilla

Santiago Donaire

El amigo americano

Hoy son las fake news, entonces fue la industria del cine la que, desde Hollywood, nos adoctrinaba

Los más mayores recordaréis cómo la chiquillería aplaudía en las sesiones de matiné al oír en la peli la corneta del VII de caballería, donde, sable en mano, daban cuenta de cuántos indios abarcaba la pantalla. Más tarde, leíamos tebeos, historietas de guerra, que intercambiábamos en María José, en el callejón de las flores. Simpatizábamos con varios héroes ficticios de guerra norteamericanos, los buenos, que, bajo el lema de “amarillo, toma plomo”, se enfrentaban a coreanos o vietnamitas que defendían sus países. El cómo consiguieron que viéramos buenos a los malos, a los genocidas, siempre me llamó la atención. Hoy son las fake news, alimentadas por pseudomedios de comunicación y las manipuladas redes sociales; entonces fue la industria del cine la que, desde Hollywood, nos adoctrinaba.

No creáis que vivo anclado en el viejo antiimperialismo de la izquierda española; lo mío no va de fobia: se lo han ganado a pulso. Salvo la intervención en la II Guerra Mundial, donde la entrada en el conflicto de los EE. UU. liberó a Europa del nazismo, salvo a España, donde no se les conoce actuación digna de destacar; siempre fueron un peligro. Nuestra historia común no nos es muy favorable: compraron Florida al felón de Fernando VII, previas presiones de invasión (calienta Groenlandia, que sales); se anexionaron Cuba, Filipinas y Puerto Rico con una guerra que iniciaron tras un hecho manipulado por los tabloides de la época; lo de fake news no es de ahora. Legitimaron la dictadura fascista de Franco con la visita del presidente Eisenhower; lo pagamos muy caro con cesión de soberanía en forma de bases militares. Del bienvenido Míster Marshall solo nos quedó el polvo de los coches en la genial película de Berlanga; pero el amigo americano había llegado para quedarse.



Después vino la dudosa actuación en el 23-F y su “es un asunto interno”, sin olvidar que nos metieron en la guerra de Irak otra vez con otra mentira. No es solo nuestro viejo país; la lista de países invadidos o donde propiciaron golpes de Estado es interminable: solo en América, 20 estados sufrieron en sus carnes al amigo americano. Salvo algunas excepciones, hay que distinguir entre los gobiernos y el pueblo, que ya tienen bastante con sufrirlo en sus propias carnes. Sin ir más lejos: si en EE. UU. caes enfermo, te arruinas; o sufren una violencia en sus calles que nada tiene que envidiar al no tan lejano Dar West.

Mi reconocimiento a la Brigada Lincoln de voluntarios del pueblo norteamericano, donde muchos dieron su vida por la democracia en España. El delincuente y golpista Donald Trump es, en este momento, la mayor amenaza para la democracia y para los derechos humanos en el planeta; él y su banda viven por encima de la ley: amenazan con anexionarse países, perseguir migrantes o echar al garete la economía mundial. Eso sabemos que genera hambre y sufrimiento; el que ellos nunca padecerán, lo de los “patriotas” españoles haciéndole la ola a quien nos va a empobrecer lo dejo para otro día.

Salud.