Este último domingo de mayo, como cada 4 años, nos corresponde elegir a los concejales y concejalas de nuestros ayuntamientos, son Elecciones Municipales; y aunque la campaña electoral va a ser del 12 al 26 de mayo, no sé ya las semanas que llevamos de promesas en la llamada precampaña.
Lo que difiere, no es más que a partir del día 12 se puede pedir el voto de forma expresa. Hasta ese día se promete todo lo prometible, posible o imposible, y en esta precampaña estamos viendo el no va más.
Nunca he visto más propuestas o promesas fuera del alcance de alcaldes o alcaldesas. Las elecciones municipales eligen a las mujeres y hombres de los pueblos y ciudades que van a representar a su vecindario, así de sencillo y complicado a la vez.
Los programas electorales, son proyectos a presentar y a valorar, son los de nuestras calles y plazas. Se vota a nuestros vecinos y vecinas, que se convertirán en concejales y concejalas, que después, a su vez, elegirán a alcaldes o alcaldesas, y a las diputaciones provinciales.
Convertir unas elecciones municipales en una previa de las generales de diciembre, hace un flaco favor a los municipalistas. Estamos viviendo en las ultimas semanas un desembarco de lideres del gobierno con promesas que quedan fuera de los ayuntamientos, unas porque no son competentes para su desarrollo y otras porque su desarrollo pertenece a las comunidades autónomas.
Estas elecciones municipales van a ser distintas, nos encontramos los que nos dedicamos a los estudios de opinión, con un mayor voto oculto. Un nuevo obstáculo asociado a como los candidatos esconden o presentan su marca de partido o su marca personal, según les beneficie o perjudique.
Vemos como ciertos lideres nacionales tienen sus agendas llenas de actos desde hace muchas semanas, siendo reclamados con la esperanza de arañar unos votos, mientras que a otros lideres, les sucede lo contrario, lo que nos muestra que las siglas, en este proceso electoral, van a tener mucho que decir en los resultados de la noche del 28 de mayo.
Toda esta polvareda, hace qué lo verdaderamente importante, que es el desarrollo y gestión de nuestros pueblos y ciudades los próximos 4 años, quede oculto a una sufrida ciudadanía que tiene que aguantar como sus problemas quedan relegados a un segundo plano, con propuestas que en poco o nada le incumben, sobre todo cuando vemos que el mundo rural es el gran olvidado, con discursos que olvidan despoblamiento, envejecimiento, pobreza o migración, es decir: nuestros problemas.