Puede que nunca haya reflexionado usted sobre este tema. Me alegra mucho, porque significa que no ha padecido usted este tipo de enfermedad y no ha tenido que planteárselo.
Pero, ¿qué es eso del derecho al olvido oncológico? Cuando una persona recibe el diagnostico de una enfermedad oncológica, recibe no solo la incertidumbre sobre su propio futuro, la inmediata presencia de la duda y el miedo al tiempo que quede por vivir, que no es poco, si no que también recibe la noticia de que la sociedad empieza a considerarle persona de segunda. Si, como suena, de repente empieza a ser excluido de algunas oportunidades, especialmente en el empleo público, aun habiendo superado las fases más críticas de la enfermedad.
También ocurre con las enfermedades crónicas, que, aunque parezca increíble, eran también causa de exclusión del empleo público hasta el año 2019. Diabéticos, celíacos, personas con psoriasis o portadores del VIH ya no pueden ser excluidos en las convocatorias de pruebas selectivas de personal funcionario, estatutario y laboral, civil y militar, eliminando esas causas médicas de exclusión en el acceso al empleo público.
Es una manifiesta injusticia que personas que tienen el alta médica tras un proceso oncológico, sean excluidas en estas oportunidades de empleo. Añadir al sufrimiento de la enfermedad y el proceso de superación, más dificultades, más obstáculos.
Una persona que sufre una enfermedad crónica, o pasa por el trauma de una enfermedad oncológica, ya tiene bastante con lo que tiene, como para que la sociedad les complique aun más la existencia.
Pero no solo empleo público. Acceso a hipotecas o ciertos seguros es otra causa de discriminación que el derecho al olvido oncológico pretende salvar, evitando que el historial médico sea causa inmediata de exclusión a colectivos ya bastante castigados.
Yo estoy absolutamente a favor. Cada persona es un mundo, y será caso a caso como deba estudiarse y no bajo categorías genéricas de enfermedad que perjudican claramente a muchos de estos enfermos.
Y de estas cosas prefiero que me hablen en estos momentos de tribulación electoral. De derechos para las personas que sufren y no de ETA o de Chindasvinto