A esta altura de la temporada deberíamos hacer resumen de la actividad pública, eso que llamamos cierre del curso político. Pero el 19J nos ha cambiado el paso, en lugar de bajar la persiana por descanso del personal, abrimos la puerta a un nuevo periodo de largo trayecto.
Entre calores impropios para la primavera y precios por las nubes para cualquier estación del año, la derecha ha conseguido en Andalucía imponerse a los socialistas y a una izquierda de pasillo, con una mayoría absolutísima que ha dejado a los del puño y la rosa al baño maría.
Al margen de valoraciones, más peregrinas que otra cosa, realizadas desde la calle Hurtado de la capital, a las que habría que aplicar el VAR, lo cierto es que en esta ocasión Jaén ha dejado de ser "roja".
Las gaviotas que no echaban raices en esta provincia por su alergia a lo "colorado" se han posado con la intención de anidar.
Andújar, Alcalá la Real, Baeza, Jaén, La Carolina, Linares, Martos o Úbeda, poblaciones estas donde se concentra la mayoría del voto ciudadano -muchas de ellas con alcaldías socialistas- no solo no han respondido a la llamada de auxilio que pidió el PSOE, es que les han dado la espalda.
La política no tiene metas, tiene etapas, y ahora se inicia otra que nos conduce a un nuevo desafío, las elecciones municipales.
En tan solo ocho meses hábiles, los partidos políticos volverán a la calzada con el cotorreo de promesas, con debates que cada vez son más quilombos y magnificando lo poco o mucho de sus gestiones.
De cara a esa cita, en este momento, el viento no les sopla a todos por igual. Los populares se han ganado la ventaja de jugar en casa, mientras que al resto les toca ajustar, pacificar y convencer, para no dar otra vez la de arena.
De todas formas, y aunque el PP ha sabido superar en pocos meses la maraña en la que se encontraba, hablar de cambio de ciclo, por muy bien que se les han dado las elecciones andaluzas, me parece un poco excesivo. La experiencia me ha indicado que en casos similares, solo es el tiempo con su examen constante quien coloca de verdad los adjetivos.
